¿Con qué sindicalismo gobernar?

Agenda Confidencial

El Financiero
Luis Soto

Jueves, 3 de mayo de 2007

Ante la cancelación de Felipe Calderón del "ritual" de encabezar oficialmente la ceremonia del Dí­a del Trabajo, argumentando que "con el tiempo se convirtió más que en una celebración de los trabajadores, en una celebración del presidente de la República; formato que debe cambiar para que la figura principal sea el trabajador...", algunos analistas apuntan: el presidente, quien desde su formación panista no entiende a plenitud el sindicalismo corrupto que dio soporte a los gobiernos priistas, ha tomado un camino que puede llevarlo por una peligrosa pendiente al desdeñar con el "inteligente argumento" de respetar las conquistas históricas de los trabajadores como la autonomí­a sindical, el contrato colectivo y el derecho de huelga.

Por su parte, los observadores polí­tico-laborales, objetivos e imparciales, preguntan: ¿con qué sindicalismo quiere o podrá gobernar Calderón? Antes de presentar las "sugerencias", hay que destacar que por primera vez en la historia del sindicalismo mexicano, un presidente de la República tiene una amplia gama de "corrientes sindicales" para escoger; sin embargo, cada una de ellas tiene costos económicos -"según el sapo es la pedrada"-, polí­ticos y sociales, que pueden ser elevados.

Primera opción: gobernar con el sindicalismo corrupto que representa hoy la profesora Elba Esther Gordillo quien, insaciable como siempre ha sido, insiste en cobrar un buen "bonche" de facturas polí­ticas por los servicios prestados en la elección presidencial del 2 de julio. ¡Pero si ya se le pagó con varios nombramientos en el gabinetazo legal y ampliado! Exclaman, indignados, algunos funcionarios. Por eso decimos que Elbita es insaciable, quiere más, más, más, más... La interrogante serí­a: ¿hasta dónde estarí­a dispuesto el presidente a ceder? Depende, depende de la habilidad polí­tica del mismí­simo Calderón. Bueno, eso podrí­amos conocerlo este mismo mes cuando sepamos el detalle de la negociación salarial con el SNTE, la respuesta de la CNTE y otros acontecimientos.

Segunda opción: con el sindicalismo, también corrupto, aunque bajo el "amparo de la ley" de Napoleón Gómez Urrutia, quien desde el exilio ha dado muestras de dos tipos de poder: el del billete que sirve para comprar todo, incluidos algunos jueces, gobernadores que "le hacen favorcitos" nada más porque puso lana para sus campañas polí­ticas, según los sospechosistas; y el poder de los dirigentes mineros corruptos que quieren que su lí­der regrese, no los 55 millones de dólares que dicen "se clavó", sino a dirigir lo que ellos califican como "el nuevo sindicalismo".

Tercera opción: con el sindicalismo oficial y oficioso, igual de corrupto que los dos anteriores, y que se anida en el Congreso el Trabajo, en donde sobresalen figuras como Joaquí­n Gamboa Pascoe, Ví­ctor Flores y otros de la misma calaña.

Cuarta opción: con el sindicalismo, también corrupto, que representa Joel Ayala, lí­der de algunos sindicatos burócratas (que agrupan a 300 mil personas, según la Secretarí­a de Hacienda) a quienes por cierto el gobierno federal concedió un aumentito salarial y algunas prestaciones para mantenerlos más o menos contentos y de su lado.

Quinta opción: con el sindicalismo independiente, para variar también corrupto, que encabezan Francisco Hernández Juárez, Martí­n Esparza, Agustí­n Rodrí­guez... cuyo lema es "muera el sindicalismo oficial y oficioso (de donde por cierto surgieron); viva la democracia sindical". A juicio de algunos funcionarios del gabinetazo, éstos, que se presentan a la opinión pública como los "más peligrosos"; que demandan incrementos salariales del 20 por ciento y terminan aceptando un miserable 4 o 5 por ciento; que amenazan con "linchar" a funcionarios y a empresarios, son los más inofensivos. ¡Pregúntenle a Salinas, pregúntenle cómo logró dominar a Hernández Juárez!

Adelantándose a la selección de las mencionadas opciones, los malosos señalan que con Elbita y Napito, Calderón podrá gobernar tranquilito.

Por lo pronto, en su mensaje del Primero de Mayo, el presidente de la República destacó: "Mi gobierno mantendrá un diálogo franco y constructivo para atender los legí­timos reclamos de los trabajadores, buscando siempre lo que sea mejor para México..."

El panorama sindical presentado tiene sorprendidos a algunos empresarios, que ven en la actitud presidencial una señal que bien podrí­a interpretarse de la siguiente manera: que cada quien se rasque con sus uñas; o sea que cada quien negocie como pueda.

Agenda previa

El titular de la Unidad de Planeación Económica de la Hacienda Pública, Miguel Messmacher, aclaró lo que no debí­a aclarar en relación con los comentarios de su jefe, Agustí­n Carstens, quien calificó de "error" el aumento de tasas de interés por parte del Banco de México. Dijo Messmacher: la Secretarí­a de Hacienda respalda plenamente la autonomí­a del Banco de México en la conducción de la polí­tica monetaria; la misma secretarí­a también es respetuosa de las decisiones de polí­tica monetaria que tome la Junta de Gobierno del banco, tanto cuando coincidimos como cuando diferimos en términos de nuestra interpretación de la situación económica del paí­s.

¡Y entonces por qué no se aguantan las ganas de comentar las decisiones y se quedan callados!