Más sobre la tala ilegal

Libro para rescatar sus raí­ces

El coautor, indí­gena otomí­, espera que la obra sirva para ayudar a su etnia

Ricardo Rojas Rodrí­guez/Cambio de Michoacán

Miércoles 16 de Mayo de 2007

A los indí­genas ñañús (otomí­es), las autoridades no nos escuchan, les pedimos apoyo, les decimos que necesitamos ayuda para combatir el crimen y problemas como la tala ilegal, y no hay respuesta.

Esa es la percepción que desde su punto de vista indí­gena, tiene Abel Martí­nez, quien participó como coautor del libro Estudio de Ziráhuato. Su participación en la elaboración del documento, dijo, tiene dos razones.

Una, demostrar que los otomí­es pueden hacerlo. Dos, para que las autoridades conozcan sus problemas, sus rezagos, y los ayuden; es decir, espera que el libro sirva para que los tomen en serio.

«No tenemos agua potable; siempre se los decimos a los candidatos, a los polí­ticos y a las autoridades, pero no nos hacen caso ». Lo mismo ocurre, dice, con los bosques de la comunidad, que poco a poco se terminan, a manos de talamontes.

El oponerse al corte ilegal de árboles sólo les trae problemas y violencia a los otomí­es, quienes son agredidos por los grupos organizados de rapamontes. Y las autoridades no los escuchan; cuando se detiene a alguna persona, rápidamente se le pone en libertad.

Y de ahí­ se deriva otro de los graves problemas que padecen los otomí­es, la inseguridad. «Hay muchos crí­menes que no son resueltos ». Les hace falta la presencia de la policí­a y mayor vigilancia.

Las autoridades no ven a las trece tenencias que conforman el municipio. «Sólo atienden a ciertas personas ». Mucho menos escuchan a las comunidades indí­genas, expresa Abel Martí­nez.

En el caso de los habitantes de Ziráhuato, una de sus principales inquietudes es tener una escuela de otomí­ para rescatar el idioma que está a punto de desaparecer. El que su lengua no muera, expresa Martí­nez, es un sueño.