Con invitación a viaje evitan que familia de Ernestina Ascensión impugne el fallo

De la Jornada en lí­nea del 22 de mayo de 2007

* El caso de la indí­gena de Zongolica quedó cerrado jurí­dicamente el 15 de mayo
* Legisladora propone solicitar una opinión consultiva a organismos internacionales

VICTOR BALLINAS

El caso de la muerte de la indí­gena Ernestina Ascensión Rosario, quien presuntamente fue violada por militares el 6 de febrero pasado, quedó cerrado jurí­dicamente el martes 15 de mayo, toda vez que la familia no impugnó la resolución de la Procuradurí­a General de Justicia del Estado de Veracruz, que determinó que "la mujer indí­gena no fue violada ni asesinada".

Cabe recordar que al conocerse la agresión contra la anciana, la procuradurí­a estatal y el resultado de la primera necropsia sostení­an que la indí­gena habí­a sido violada. Incluso en el certificado médico se señaló que "su muerte se clasifica como mecánica" y que "presentaba desgarres en la región anal".

Después de practicada la segunda necropsia y en entrevista con La Jornada, el presidente Felipe Calderón aseguró que tení­a información de que Ascensión Rosario no habí­a sido violada y que su muerte "se debió a una gastritis mal atendida".

Dí­as más tarde, la Comisión Nacional de Derechos Humanos apoyó la versión del Ejecutivo y dio a conocer que habí­a solicitado una exhumación y una renecropsia de Ascensión Rosario porque "los resultados de la primera necropsia contienen inexactitudes, contradicciones y dudas", y aseguró que el resultado de esta nueva revisión reveló que "no hubo homicidio ni violación, sino que la mujer murió de anemia".

Sin embargo, el gobierno de Veracruz y la procuradurí­a estatal continuaron insistiendo en que tení­an pruebas de que Ascensión Rosario habí­a sido violada y que en su deceso hubo un homicidio. Incluso el fiscal del caso, Juan Alatriste Gómez, sostení­a que"existen desgarros anales" y que "sí­ hubo violación".

No obstante, semanas después, la procuradurí­a de Veracruz dio marcha atrás en la versión del diagnóstico que habí­a sostenido durante más de dos meses, y aseveró que "la indí­gena no fue violada ni asesinada" y que el caso quedaba cerrado.

A partir de ese dictamen del 30 de abril pasado, de acuerdo con el Código Penal del estado de Veracruz, los familiares tení­an 10 dí­as para inconformarse con el dictamen, pero debido a que "fueron invitados primero por el gobierno estatal, y luego se dijo que por el gobierno federal, estuvieron fuera del estado, por lo que no pudieron interponer recurso alguno, con lo cual el caso se cerró".

La presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, la perredista Maricela Contreras, manifestó que "como a la familia se le mantuvo fuera del estado, en paseos e incomunicada, no interpuso la revisión del caso; ahora, que ha sido cerrado, sólo nos queda solicitar una opinión consultiva ante organismos internacionales como la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos".