
Preocupa la ausencia de reforma
Submitted by nadezhda on Jue, 08/30/2007 - 06:49
Plaza Pública
Miguel Ángel Granados Chapa
Agrupaciones sindicales y sociales planearon durante los tres meses anteriores una huelga general que tendría lugar mañana 31 de agosto. No les fue posible organizarla y se limitaron a proponer para el día de hoy una falta colectivá que hasta donde es posible suponer se realizará principalmente en el sector educativo, sobre todo en universidades e instituciones relacionadas con la cultura; si bien en el acuerdo respectivo participaron sindicatos de otras áreas, se trataba de dar respuesta al gobierno con un plan de acción que concluyera en una paralización general de labores
Sorprende que, ante la frustración de la idea que partió de su seno, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional perciba esa falta colectivá como un paso importante y trascendenteá y juzgue que será la primera ocasión en la historia del movimiento obrero mexicano en que se haya concretado una paralización nacional de labores, con la participación de más de un millón de trabajadores y precisamente en días previos al primer informe de gobierno de Felipe Calderón
A los sindicatos y otras organizaciones que convocan a la movilización de hoy les queda claro el panorama adverso a sus intereses y de sus integrantes. Su diagnóstico es acertado, pero se pasma en el análisis sin pasar a la prescripción de lo que se debe hacer para remover las condiciones que denuncian. Las cuatro entidades que convocan a la movilización de hoy son en realidad dos, el Frente Sindical Mexicano (cuyo principal integrante es el Sindicato Mexicano de Electricistas) y la Unión Nacional de Trabajadores, pues el Diálogo Nacional y la Coalición Ciudadana Nacional son iniciativas animadas por aquellas agrupaciones obreras. Aparte de la presunta falta colectiva, invitan a una marcha que partirá a las 16 horas del monumento a la Independencia al Zócalo.
Por su parte, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, si bien anuncia su participación en la marcha de hoy, se mantiene en el propósito de realizar mañana un gran paro cívico nacionalá, el cuarto, según sus cuentas.
Ha propuesto que esa suspensión se efectúe liberando las casetas de peaje, custodiando las garitas y puentes fronterizos, visitando bancos y centros comerciales, paralizando las dependencias del Issste, la SEP y escuelas, marchando en las ciudades y capitales estatales, suspendiendo los teléfonos celulares domésticos y públicos de 12 a 13 horas, y apagando la luz eléctrica en hogares, oficinas y negocios durante 10 minutos, de las 21 horas a las 21:10 horas
Los convocantes a la movilización de hoy protestarán por casos particulares (los laudos laborales contrarios a los sindicatos minero y de sobrecargos, la ley del Issste, y otros) y demandarán un cambio profundo en la política económica y social de nuestro país, para garantizar el desarrollo con justicia y equidad Les queda claro que es momento en que el sindicalismo mexicano en lo particular y la sociedad en su conjunto revaloremos nuestras posiciones, que demostremos nuestra capacidad de organización, de convocatoria y de propuesta, para no estar ausentes en las grandes decisiones y opiniones que nos afectan
Eso último, sin embargo, sigue siendo cierto: las agrupaciones que marchan hoy y las que se movilicen mañana no existen en el paisaje social que atiende el gobierno. A partir del 31 de enero, cuando las mismas organizaciones sindicales y sociales realizaron una marcha multitudinaria para plantarse ante la administración que cumplía dos meses de edad, no se ha avanzado siquiera en la formalización del diálogo con el gobierno. Varios secretarios de Estado, especialmente el del Trabajo, cumplieron la instrucción presidencial de encontrarse con sus interlocutores sociales, pero de esos encuentros no se ha desprendido todavía medida alguna que permita a los sindicatos y uniones participar en las grandes decisiones y opinionesá que los afectan. Al contrario, sólo han recibido muestras de desdén, que van desde la aprobación rapidísima e inconsulta de la nueva Ley del Issste, cuyo único resultado neto es el reforzamiento político de Elba Ester Gordillo y su testaferro Miguel Ángel Yunes, hasta detalles en apariencia menudos como incumplir citas. La semana pasada, dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores se presentaron ante la Secretaría del Trabajo para hacer conocer su posición sobre el laudo que recorta las prestaciones de los sobrecargos de aviación, y ni siquiera fueron recibidos ya no digamos por el titular de esa dependencia, sino por ninguno de los funcionarios a los que concierne la atención de las demandas sindicales.
Esas agrupaciones sienten preocupación no sólo por la ausencia de reformas propicias al desarrollo de las personas y por el impulso a otras que marchan en sentido contrario, sino también por la abulia gubernamental ante las exigencias de esta hora. Nada parece hacerse ante la inminencia de una nueva crisis económica, anunciada por los sindicatos a partir de estas señales ominosas: La fragilidad económica de nuestro país... nuevamente amenazada por la volatilidad de los mercados financieros, la desaceleración de la economía norteamericana y la crisis de su sector inmobiliario, la inestabilidad de los precios del petróleo, la disminución de nuestras reservas petroleras... la pérdida de capacidad competitiva de las exportaciones mexicanas, la disminución de las remesas de los trabajadores migratorios...
El gobierno no hace nada. ¿Los sindicatos tampoco?– México, D.F.