
La corta memoria y el llanto de los ‘huevones’
Submitted by nadezhda on Vie, 07/14/2006 - 11:14
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La corta memoria y el llanto de los ‘huevones’
• Después de campañas sucias, se llama al gobierno de coalición
Por Gilberto Molina Arcos
México, D.F., 12 de julio (Mundo de Hoy).- Se acabó el ‘primero los huevones’. Ahora vamos a darles un empleo y ponerlos a trabajar Esas fueron las palabras de una diputada panista durante el festejo de madrugada por el virtual triunfo de Felipe Calderón el pasado siete de julio. Juan Ignacio Zavala, hermano de Hildebrando, ‘el cuñado incómodo’, regalaba otra muestra de tolerancia, nos la pelaron, nos la pelaron Así resumía el diario Milenio, en su edición del 8 de julio, el jolgorio tras el conteo de actas distritales. Andrés Manuel López Obrador había sido rebasado.
Ahora aparecen como verdaderos demócratas. Como políticos incluyentes dispuestos a cohabitar con sus rivales. Ellos no son un ‘peligro para México’. Ellos no. La división del país no fue provocada por ellos, sí por los perredistas. Ellos jugaron limpio, los otros calumniaron.
Pero esto no es así. Tras las largas horas de campañas sucias, ni azules ni amarillos dejaron de tener culpa en la división de la ciudadanía. Todos recibimos los millones de correos que se enviaron para advertir sobre el riesgo de que ganara ‘el Peje’ (porque nunca lo llamaron por su nombre). La intolerancia en la campaña fue el común denominador.
Las muestras de esta penosa actitud se repitieron por doquier en la campaña de Felipe Calderón. El domingo 25 de julio en el Estadio Azteca, Manuel Espino, presidente nacional del PAN regaló otra perla de buen castellano y condescendencia. No se a-pe-jen-de-jená, alertó a los más de cien mil simpatizantes del ‘hijo desobediente’ reunidos en el coloso de Santa Úrsula. Ocurrencia de doble sentido que la gente de las buenas costumbres festejó, como si de una ‘cuauhtemiña’ se tratara.
Lo curioso es que esa misma gente pegó el grito en cielo y se santiguó ofendida con el cállate chachalacá que López Obrador le recetó al presidente Vicente Fox en una desafortunada declaración, en la que, según AMLO, buscaba frenar la participación del ejecutivo en el proceso electoral ¡Qué horror! ¡Qué falta de respeto! ¡Qué naco!á, fueron las respuestas airadas de los simpatizantes de Calderón en contra del adversario político. La paradoja está esclarecida: lo mismo que censuraron, en otro momento lo aplaudieron.
La gente sin embargo no puso en la balanza esta conducta de dudosa congruencia al acudir al llamado de las urnas. Al menos la mitad más 243 mil 934 personas que votaron por Felipe Calderón, según el escrutinio del IFE, no lo hicieron. López Obrador tampoco ganó ninguna mayoría. La intoleracia, en ambas campañas, no logró sino dividir.
Sin embargo, posiblemente pesó más la estrategia del miedo, para cerrarle las puertas al diablo, personificado en el tabasqueño de Macuspana. Una especie de anticristo que traería consigo nuevas devaluaciones, endeudamiento, pérdida de empleos y expropiación de patrimonios familiares, por decir lo menos. No era para tanto. Al satanizar un bando se originó una polarización terrible en la sociedad. Polarización que hoy, todos, lamentamos.
Ahora sí, y ante esto, Felipe Calderón convoca a crear un gobierno de coalición que retome las ideas de sus contendientes, incluso el ‘primero los pobres’ de Andrés Manuel López Obrador.
¿En qué quedamos? ¿No que ese pescadito era un peligro para México? Gran dilema para Calderón, que de llegar a Los Pinos deberá crear un gobierno de coalición primero con la militancia de su partido, que prometió poner a trabajar a los ‘huevones’, en lugar de regalarles dinero. Tanta descalificación para luego quedar de amigo del ‘peligro’.