No es posible para México ir contra la realidad

Claridad (Puerto Rico)

Julio Pomar
ESPECIAL PARA CLARIDAD

MÉXICO Cuba y Venezuela, por igual, libran luchas sorprendentes por mantener el paso hacia adelante, tanto en la historia de nuestra región y el mundo, como en la arena de la justicia social real y en el esfuerzo por defender los verdaderos derechos humanos, no los inventados por el imperio para apostrofar y agredir a los que no piensan que los llamados idealesá de la superpotencia son dogmas para los seres de este planeta.
Con sus respectivos gobiernos, (Vicente) Fox, el anterior inquilino de Los Pinos, provocó reyertas que, sobre todo, perjudicaron a México e hicieron que se depreciara la anteriormente digna polí­tica exterior mexicana, provocándole a nuestro paí­s un aislamiento atroz entre sus pares de la región.
Naturalmente, esos dislates también afectaron, en diversa medida, las posibilidades de América Latina, habida cuenta del peso especí­fico que México habí­a tenido en el concierto no sólo regional, sino en el hemisférico.
Ahora, esta situación está de retorno. La estulta frase de Fox de que me van a extrañará cuando ya no sea gobernante, se está yendo fluidamente por la cañerí­a del desagí¼e junto con las ignorancias, salidas de tono, disparates, ofensas y faltas de tino del guanajuatense, las cuales fueron expelidas cotidianamente hasta la náusea (donde falta que se castiguen sus corrupciones familiares).
A Felipe Calderón, en su función de titular del Poder Ejecutivo, se le están planteando revisiones en materia de polí­tica exterior, que por fortuna está asumiendo como debe ser, en lo general. Está tratando de recomponer las deterioradas relaciones con Cuba y Venezuela, y ha encontrado en estos dos paí­ses hermanos una actitud bien dispuesta a ello.
Esto demuestra que hasta la derecha puede y debe asumir posiciones de realismo ante los problemas de la vida internacional, lo cual no se está reflejando en los parcos, desatinados, esfuerzos calderonistas por recomponer las crispaciones internas dentro de México, como si la trucada elección que lo llevó a Los Pinos fuera un cheque en blanco para desarrollar una polí­tica favorecedora de los intereses internacionales del capital, así­ como de los poderosos de la economí­a y en contra de los socialmente débiles.
Acaso los contactos de Felipe Calderón con sus homólogos latinoamericanos hayan sido el resorte válido de la actual revisión de la conducta foxista. Acaso se ha dado cuenta Calderón que luchar contra la realidad histórica es como, según dicen los chilenos, hacer pipí­ contra el viento A nadie le gusta mojarse los pantalones por su propio atolondramiento. Aunque esta revisión calderónica sea superficial, epidérmica, ya que no deja de ser un definido polí­tico de la derecha latinoamericana, tiene el significado de que en materia de relaciones con las naciones hermanas de la región no se está quedando encajonado entre los moldes cretinoides de su antecesor, quien estuvo bien asesorado por un deleznable personaje del más triste transfuguismo intelectual como Jorge Castañeda Gutman, colaborador actual del FBI en sus programas televisivos de Discovery Channel, coreado a su vez por espantadizos escritores caso de Carlos Fuentes que se horrorizaná ante los empujes del renacimiento latinoamericano, al que quisieran bien portadoá y obediente, de maneras decentesá, como las de una izquierda moderná que no lucha ante los amos imperiales.
Como sea, bienvenida la nueva actitud calderónica ante Venezuela y Cuba. Demuestra que hay valores que están más allá de la división globalista entre perdedoresá y triunfadores Muestra que no es posible ir contra la realidad, principalmente. Será cosa de ver cuánto le dura el intento y qué tan hondo es el propósito.

* El autor es periodista mexicano.