Prohibición de transgénicos, tiro de gracia al campo mexicano

El Financiero en lí­nea

Lunes 17 de septiembre

* La biotecnologí­a no acabará con el maí­z criollo: Manuel Molano
* Por Héctor A. Chávez Maya

México, 17 de septiembre.- Con la prohibición del uso de biotecnologí­a en la agricultura le estamos dando el tiro de gracia al campo mexicano y a sus 25 millones de habitantes, afirmó Manuel Molano, consultor del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).

La biotecnologí­a no es mala ni acabará con el maí­z autóctono de México, aseveró.
No obstante, advirtió, su prohibición tendrá serí­as consecuencias para la agricultura mexicana, tomando en cuenta que en paí­ses donde se utilizan los organismos genéticamente modificados se alcanzan rendimientos de diez a 14 toneladas por hectárea, mientras que en México es de tres.

Para el economista agrí­cola, oponerse al desarrollo tecnológico no solamente es anticompetitivo e inhumano, considerando que la agricultura ya representa menos de 15 por ciento del ingreso de las familias más pobres del paí­s, sino que además agrega presión a los saturados mercados laborales y canales de emigración a Estados Unidos.
El rezago competitivo en México es tal que un solo condado EU produce las 19.5 millones de toneladas de maí­z que se obtienen en todo nuestro territorio.
Iowa, el principal productor maicero del vecino del norte, cuya superficie agrí­cola se estima en 5.9 millones de hectáreas, produce 2.7 veces más grano que en México, a pesar de que en nuestro paí­s se estima que la superficie de riego y temporal es de 28 millones de hectáreas.

La oposición a la tecnologí­a transgénica se debe a los intereses económicos de algunos grupos, como los agricultores orgánicos, que no quieren competidores adicionales. En tanto, los comercializadores regionales, que se encuentran respaldados por grupos polí­ticos, no han comprendido que el negocio no está en lucrar con la miseria ajena.

Manuel Molano criticó también a quienes se oponen argumentando dependencia tecnológica, pérdida de soberaní­a, riesgo a la salud, daños al medio ambiente y alimentar a las máquinas con etanol y no a los seres humanos con maí­z y tortilla.
El uso de semillas genéticamente modificadas puede disminuir la utilización de pesticidas, fertilizantes y agua, lo que permitirí­a mejorar las condiciones agroecológicas en México y en el mundo, aseveró.

Al responder a aquellos que han asegurado que el uso de organismos genéticamente modificados causa serios daños a la salud, señaló que hasta ahora no se han reportado enfermedades por el consumo de tortillas u hojuelas de maí­z, productos que desde hace más diez años contienen grano modificado genéticamente, y que se consumen en grandes cantidades en nuestro paí­s.

Si no se produce el maí­z suficiente en México y tampoco se quiere importar, es verdaderamente esquizofrénicoá esperar que los precios del grano y, por tanto, de la tortilla, los cárnicos y el huevo, no suban y que esos productos no escaseen.
Es necesario adaptarse a la biotecnologí­a para lograr la producción de alimentos competitivamente y para acabar con la pobreza del campo mexicano. De ahí­ que Molano hizo un llamado al presidente Felipe Calderón Hinojosa y al secretario de Agricultura, Alberto Cárdenas Jiménez, a aprobar el reglamento para el uso de los transgénicos, por lo menos en su fase experimental. México ya presenta un rezago de más de diez años de este beneficio tecnológico. (El Financiero/APB)