¿Impondrán a Narro en la UNAM?

Ecos de la costa

Conjeturas
Álvaro Cepeda Neri

En menos de dos meses (19 de noviembre) la UNAM deberá estar estrenando rector. Al actual, Juan Ramón de la Fuente, quien fuera médico-psiquiatra de cabecera de la esposa de Zedillo (no Nilda, sino su nombre de acta de nacimiento: Brunilda Velasco) para controlarle su adicción al alcohol, fue impuesto como rector por el mismo Zedillo. Ha durado 8 años y su inclinación para con López Obrador lo señalaban como secretario de Gobernación o de Educación, en caso de la victoria que Ugalde y cómplices le robaron al centro-izquierda.
Como casi todo individuo en el poder (y el de De la Fuente ha sido absoluto) está interesado también, en imponer sucesor, ya que las huestes derechistas calderonistas no tienen fuerza en la cúpula universitaria, donde de 15 integrantes de la Junta de gobierno que decide, no la elección, sino la designación del rector, De la Fuente controla a una docena y con esta mayorí­a quiere que José Ramón Narro Robles, bastante autoritario, casi represor, sea su heredero. Y a voz en cuello los cercanos al actual rector dan por hecho la imposición, con lo cual, de consumarse, la UNAM se conectará a la crisis polí­tica del paí­s que, aunque hasta ahora son puras fumarolas, está sentada sobre un volcán.
Narro Robles es del viejo estilo del grillo En un reciente acto, donde no fue invitado, pero a sabiendas de que habrí­a bastantes periodistas, se autoinvitó y se hizo el aparecido. Saludaba a todos y les daba su tarjeta de presentación. Así­ de humillante lo hizo durante toda la noche, quien actualmente es director de la Facultad de Medicina. Y aquí­ está el meollo de lo que viene. Resulta que una de las mafias más poderosas de la UNAM es la de los médicos que brincan de un cargo a otro en la misma ciudad Universitaria, y que tienen cotos de caza en la administración federal.
Esa mafia que ahora preside, por jerarquí­a, De la Fuente, y que por años ha manipulado direcciones de facultades y la rectorí­a, está reagrupada para que los doce apóstoles del Rector decidan, en sí­nodo nocturno que Narro Robles sea el sucesor. Éste es un bisonte que ataca todo lo que se mueve y se va contra el bulto. A la mejor la UNAM necesita un provocador (un catalizador, dicen los quí­micos) para despertar a la hoy pací­fica comunidad universitaria. Pero Narro le harí­a muchí­simo daño a nuestra máxima Casa de Estudios Superiores.
Narro Robles es capaz de todo para mantener su privilegiada posición de favorito del actual Rector que quiere seguir teniendo poder tras el trono y solamente Narro le ha prometido tal injerencia, aunque traidor de toda su vida, más tardará De la Fuente en irse al cargo de director de una de las sucursales de la universidad de la ONU, domiciliado ese campus en Japón, que Narro en darle la espalda. Pero, cada quien con sus alacranes. Por lo pronto los doce de la Junta que nombró, durante su gestión De la Fuente, ya recibieron la consigna de nombrar a Narro Robles. Éste, por cierto, de inmediato se alineará con Los Pinos. Es un busca chambas servil.

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