Entrevista: Flavio Sosa • Lí­der de la APPO

Milenio

La asamblea, sin nexos con el EPR

27-Septiembre-07

Con buen ánimo, pese a estar convencido de que es ví­ctima de una infamiá, Flavio Sosa, dirigente de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, asegura en entrevista desde la cárcel de Cuicatlán que se encuentra en un limbo jurí­dico, con cinco procesos en contra, pero confí­a en quedar libre y reintegrarse a la lucha por la democratización de la entidad Además, aclara que lo que quedá de la agrupación disidente a la que pertenece, pacifistá, nada tiene que ver con el Ejército Popular Revolucionario.

¿Cómo estás?
Bastante bien, con ánimo, con un buen ánimo, porque para empezar somos inocentes; segundo, se está cometiendo una gran injusticia a los ojos de todo México contra nosotros, somos ví­ctimas de una infamia. No hay una sola prueba en contra nuestra, por lo que esperamos que los magistrados del tribunal colegiado en materia penal observen simplemente los principios de presunción de inocencia, de imparcialidad, de legalidad. Lo que pedimos es que se nos juzgue con apego a derecho.

Y hablo de resistencia, porque ha habido mucha saña contra nosotros. Mi hermano fue internado en un penal en Matamoros, Tamaulipas; un hermano que no participaba en el movimiento, solamente por ser mi hermano.

Ya salió...
Ya está libre. Mi otro hermano está conmigo aquí­ en Cuicatlán, y estamos soportando lo que es el presidio.

Concretamente, ¿por qué delito sigues en la cárcel?
Fueron seis procesos los que nos abrieron; uno de ellos ya fue eliminado a través de un amparo. Aún nos quedan cinco. Por ejemplo, el incendio del auditorio Guelaguetza. Se me responsabiliza de esos hechos de violencia. Segundo, la quema del Tribunal Superior de Justicia y una serie de destrozos el 25 de noviembre. Tercero, la toma del Canal 9 de televisión en Oaxaca. Cuarto, un secuestro de dos policí­as ministeriales que se metieron a mi casa y quisieron lastimar a mi familia, y fueron retenidos por la policí­a municipal de la comunidad en la cual yo vivo. Y quinto, me están responsabilizando también de la ocupación de unas oficinas que se llaman Caminos y Aeropistas de Oaxaca, y de los destrozos, que se dice, se causaron ahí­, y de robo en esa oficina. De ninguno tienen una sola prueba sólida de mi participación, de ninguno.

¿Qué tan lejos está de terminar el asunto y dejar el penal?
Estamos prácticamente en un limbo jurí­dico, puesto que ya son ocho meses y aún no se resuelven los amparos que tienen que ver con el auto de formal prisión. Los jueces juzgaron con dolo. Así­ como libraron las órdenes de aprehensión con todo el dolo, así­ fallaron y tuvimos que someternos, irnos a la revisión de esos amparos, y están en manos de los magistrados del tribunal colegiado en materia penal. Estamos esperando que se resuelva a la brevedad, porque tenemos entendido que la justicia debiera ser pronta y expedita. Esto está más que kafkiano.

En dí­as recientes hubo atentados muy fuertes de un grupo guerrillero, el EPR. Hay gente que dice que el EPR va de la mano en muchas cosas con el movimiento de la APPO en Oaxaca.
No, no tiene ningún fundamento esa aseveración. Quien la haga no tiene conocimiento de la realidad oaxaqueña, en tanto que el de la APPO fue un movimiento legí­timo con gran respaldo popular, en el que un millón de gente salió a la calle a reclamar sus derechos. Éste fue un movimiento pací­fico ante todo; no se usaron armas de fuego, no se usó la violencia. Nosotros fuimos ví­ctimas de mucha violencia, hay compañeros que fueron asesinados, centenares de compañeros fueron encarcelados y torturados. Hay testimonios de Amnistí­a Internacional, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de diversos organismos internacionales y nacionales, de toda la prensa nacional e internacional. Y en distintos momentos nos quisieron vincular con grupos armados, pero nosotros decimos que el movimiento es legí­timo, nosotros no tenemos ví­nculos ni con grupos armados ni con grupos que reivindican la ví­a violenta. Nosotros nos reivindicamos como un movimiento pací­fico. Y, bueno, lo que queda del movimiento de la APPO sigue reivindicando esta bandera.

El domingo 16 de septiembre recibiste la visita de Andrés Manuel López Obrador. ¿De qué hablaron?
Nos comentó cómo ve la situación polí­tica nacional. Tuvo a bien darnos un mensaje de aliento, nos pidió que resistiéramos, que esto es una gran injusticia y que, tarde o temprano, va a salir la verdad y tenemos que mostrar que somos inocentes y que quede probado ante los ojos de todos. Nosotros le decimos que le tenemos un gran respeto, la población oaxaqueña y nosotros en lo particular. Le dimos también nuestra muestra de apoyo a él, porque también es parte de una gran lucha nacional por democratizar el paí­s. De eso estuvimos hablando, generalmente.

Después de haber estado más de medio año en Almoloya, de seguir en la cárcel, pareciera que te estamos entrevistando como cuando el movimiento estaba vivo en Oaxaca. Te escuchamos entero. No te ablandaron.
Bueno, siguen intentándolo, porque hay mucha saña contra la familia. Cuando detienen a Erick, que es mi hermano, es bombero y no participó en el movimiento, rentan un avión, primero un helicóptero; lo traen de Toluca a Oaxaca para poder transportarlo a Matamoros. Posteriormente, como el helicóptero andaba fallando, rentaron un avión, un jet ejecutivo en el cual lo trasladaron a él solamente a Matamoros desde Oaxaca. Yo me pregunto: ¿cuánto costó ese traslado de Erick Sosa en un jet ejecutivo traí­do desde Toluca ex profeso? Fí­jate cuánta saña hubo contra nosotros. Ahora mi hermano, que solamente tiene un proceso, que a todas luces es injusto, está también ahí­. Entonces, nuestros familiares, nuestros amigos nos dicen: Ya pasó lo más duro, ahora están cerca ustedes de su casa, resistan Y nosotros tenemos un compromiso moral con el pueblo de Oaxaca y lo vamos a seguir haciendo.

Por lo que estamos escuchando, doy por sentado que cuando salgas de la cárcel te reintegrarás al movimiento polí­tico, social, al que sea.
Nosotros somos parte de Oaxaca, yo no me voy a ir, yo quiero vivir acá, yo quiero morir acá, si eso es necesario. No voy a asistir al sepulcro de mis sueños de ver a México democrático. Es más fácil que me encierren a mí­, a que veamos encerrados los sueños de los oaxaqueños. Yo creo que la represión está retardando la democratización de Oaxaca, pero la vamos a ver tarde o temprano.

La última vez que platicamos contigo fue minutos antes de que te detuvieran y te llevaran a Almoloya.
Espero que esto no sea pretexto ahora para que se endurezcan las condiciones de nuestra reclusión, o quieran decir que estamos poniendo en riesgo la seguridad del penal. Estoy en el ejercicio de mis libertades.

Disparo

Acerca de la visita de AMLO
Nosotros le decimos que le tenemos un gran respeto, la población oaxaqueña y nosotros en lo particular

Ciro Gómez Leyva, Marisa Iglesias y Manuel Feregrino