¿Retiene el narco a lí­deres del EPR?

Itinerario Polí­tico

El Universal
Ricardo Alemán

01 de octubre de 2007

La versión de que secuestraron a los dos jefes guerrilleros no ha sido desmentida por fuentes militares

Parece una historia fantástica, descabellada. ¿Qué saben la Procuradurí­a, el Cisen, la Sedena?

Como todos saben, el Ejército Popular Revolucionario reapareció con una campaña de hostigamientoá al gobierno federal, que incluye sabotajes a instalaciones de Pemex, en demanda de la presentación, con vida, de sus militantes Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz, también conocido como Raymundo Rivera Bravo. Los gobiernos federal y de Oaxaca, y la propia Secretarí­a de la Defensa, niegan la detención y hasta han ofrecido supuestas pruebas de su dicho, frente a instancias de derechos humanos.

Y si ninguna autoridad detuvo y mantiene presos a los eperristas, sigue abierta la interrogante fundamental. ¿Quién los tiene? La pregunta no es ociosa, sobre todo a partir de una versión que supone una guerra entre el EPR y un grupo de presuntos narcotraficantes de Oaxaca, en donde los guerrilleros habrí­an secuestrado a un capo de la droga para pedir un cuantioso rescate. En venganza, los narcotraficantes habrí­an secuestrado a los dos jefes guerrilleros, uno de ellos, el número dos del EPR.

La historia, que no ha sido desmentida por fuentes militares y policiacas –que resulta fantástica y hasta fantasiosa, y que pudiera ser interesada– es la siguiente. El 17 de enero de 2007, la PGR detuvo a Pedro Dí­az Parada, presunto jefe del llamado cártel del Istmo, quien se encuentra preso en el penal de alta seguridad del Altiplano, otrora La Palma. Ante la supuesta debilidad de la célula del narco por la caí­da de su jefe, el EPR habrí­a decidido secuestrar, el 3 de abril de 2007, a Jesús Dí­az Parada, hermano de Pedro, para pedir un millonario rescate y con ello obtener recursos económicos para su causa.

Frente a esa situación, el cártel del Istmo se habrí­a reagrupado y con el apoyo de familiares de los hermanos Pedro y Jesús Dí­az Parada, investigaron el secuestro de este último y habrí­an detectado que estaba en poder de una célula del EPR. En venganza, los narcotraficantes habrí­an levantado a Gabriel Alberto Cruz Sánchez o Raymundo Rivera Bravo, y a Edmundo Reyes Amaya, el 25 de mayo de 2007 en Oaxaca.

Dí­as después, al inicio del mes de junio, familiares de Gabriel Alberto Cruz Sánchez, el número dos del EPR, habrí­an recibido un mensaje de los supuestos secuestradores de los dos guerrilleros –en poder de Itinerario Polí­ticoá– en el que advertí­an: ... los tenemos bien cerca a ustedes tres, a los de La Palma y a tu querida famili Los tení­an vigilados. A su vez, el 6 de julio, la familia Dí­az Pantoja –los hijos de Pedro y Jesús Dí­az Parada– difundieron un comunicado en el que denuncian: En el portal de internet (www.youtube.com/user/jesusdiaz666) aparece esposado y vendado mi papá Jesús Dí­az Parada privado de su libertad Y en efecto, en el video aparece Jesús Dí­az Parada, quien de manera insistente dice que su secuestro no es polí­tico, y pide a sus familiares que paguen el rescate

Dí­as después, el EPR fue noticia en México y en el mundo, al acreditarse los estallidos en instalaciones de Pemex en Guanajuato y Querétaro. A mediados del mes de agosto, un nuevo mensaje llegó a los familiares de Gabriel Alberto Cruz Sánchez: Ale, Paco, Emi: ya no se hagan pendejos y ya defiendan a su tí­o Gabriel Alberto no sean ojetes, no nieguen que es su tí­o... ¿Quieren nombres, fotos donde están con él... Ale, Paco, ¿saben dónde lava el dinero tu papá, que ha sacado de los secuestros? ¿En qué banco? ¿En Oaxaca? Dí­ganle al comandante general buchito que no se queje... porque a él le valió madre mandar matar y asesinar a gente inocente

En los primeros dí­as de septiembre el EPR atentó de nueva cuenta contra instalaciones de Pemex. Las acciones del grupo guerrillero prendieron los focos rojos del Estado mexicano, ya que el EPR insistí­a en que el gobierno de Calderón presentara con vida a sus compañeros supuestamente detenidos por autoridades de Oaxaca o federales: Gabriel Alberto Cruz Sánchez y Edmundo Reyes Amaya.

El pasado 24 de septiembre, los supuestos captores de los dos guerrilleros volvieron a enviar un mensaje a la familia de Gabriel, en el que dejan ver que Gabriel les reveló todo lo que sabe del EPR. Pero al mismo tiempo la misiva llevó otros destinatarios: algunos medios. Una parte del texto dice: La verdadera historia de la desaparición de Gabriel y Edmundo. ¿Quién es Gabriel Cruz Sánchez? Es hermano de Tiburcio (bucho) Cruz Sánchez (Francisco Cerezo Quiroz)... Gabriel es el tí­o de los hermanos Cerezo; Ale y Paco, que dicen que no lo conocen... Qué mentirosillos son estos muchachos, pues no se acuerdan que viví­an todos juntos en la casa de Xochimilco, antes del 13 de agosto de 2001

¿Quién es Tiburcio o Francisco? Es el que escribe todos los comunicados del EPR; asesino de varios luchadores sociales, comandante único general del EPR... ¿Vas a negociar Tiburcio, la muerte o vida o liberación de tu hermano Gabriel? ¿La salida de la cárcel de tus hijos? ¿Vas a dejar las armas? Al final, los supuestos secuestradores de Gabriel Alberto Cruz Sánchez y de Edmundo Reyes Amaya le mandan un mensaje a Tiburcio Cruz Sánchez o Francisco Cerezo Quiroz: Dice Gaby que manda saludos a los de Oaxaca y Morelia. Ale, Paco, la guerra ya empezó. ‘Mirad que una tormenta ha estallado, un torbellino remolinea: sobre la cabeza de los malos descarga’

A su vez, con fecha 14 de septiembre, el presidente municipal con licencia de San Pedro Totolapa, Luis Dí­az Pantoja –hijo de Jesús Dí­az Parada y sobrino de Pedro Dí­az Parada– envió una carta abierta al presidente Calderón –que empezó a circular por internet el pasado viernes– en la que deslinda a su familia del narcotráfico y dice haber conocido rumoresá de que autoridades de Oaxaca nos quieren atribuir la desaparición de dos integrantes del EPRá, y le dice a Felipe Calderón que el combate a la delincuencia organizada en Oaxaca es y será un fracaso, porque las autoridades policiacas están corrompidas

Parece una historia fantástica, descabellada; tanto como la reaparición del EPR y sus presuntos ví­nculos con el narco. ¿Pero qué tanto es cierto o mentira; qué saben la PGR, el Cisen, la Sedena? Al tiempo.

aleman2@prodigy.net.mx