EPR, el apagón y Ramí­rez Acuña

De Rumbo de México del 12 de diciembre de 2007

Vladimir Galeana

Un apagón generalizado derivado de presuntas explosiones en plantas de la Compañí­a de Luz y Fuerza del Centro afectó por espacio de 25 minutos a decenas de colonias de las zonas centro y norte del Distrito Federal. Según la versión de las Secretarí­as de Seguridad Pública y Protección Civil de la Ciudad de México dichas explosiones tuvieron lugar en las subestaciones de tableros de la planta Nonoalco, en el cruce e las avenidas Insurgentes y Ricardo Flores Magón, en Tlatelolco, y en la de Texcoco-Lecherí­a en Ecatepec, Estado de México. Para las 23:00 horas del lunes, las delegaciones Gustavo A. Madero, Cuahutemoc, Venustiano Carranza, Miguel Hidalgo, y al menos 10 municipios mexiquenses sufrieron carencia de energí­a eléctrica en al menos 80 por ciento de su territorio. A decir de algunos vecinos se vio como un fuerte resplandor por algunos segundos en el cielo, como cuando cae un rayo, y se escuchó una explosión muy fuerte y después un olor a quemado

En el Distrito Federal la reacción fue inmediata ya que helicópteros del Agrupamiento Cóndores realizaron sobrevuelos sobre la estación de Nonoalco, la cual fue resguardada por decenas de policí­as que impidieron el paso a su interior. La versión oficial fue que la caí­da de un aislador de tipo pedestal causó el desplome de una barra de 230 mil voltios sobre otra de 85 mil voltios en la subestación Valle de México, lo que causó el apagón que afectó a más de tres millones de personas, según palabras del Director de la Compañí­a de Luz, Jorge Gutiérrez Vera. Curiosamente la explosión fue durante la noche del lunes, y la declaración que hace el señor Gutiérrez fue por la mañana, siete horas después de las presuntas explosiones. De cualquier forma el Gobierno Federal no aceptará que el problema fue provocado por agentes externos.

En este espacio señalé que el comunicado dado a conocer la semana pasada por la Secretarí­a de Gobernación más bien parecí­a una advertencia que un llamado a la cordura de los integrantes del Ejército Popular Revolucionario, además de que las guerras limpias no existen, por lo que lo previsible era que los guerrilleros comenzaran la ofensiva que anunciaron en el último de sus mensajes. Me parece que el señor Francisco Ramí­rez Acuña se distinguió por ser un gobernante de lí­nea dura allá en su terruño, pero no es lo mismo perseguir a alter mundistas que a milicianos de grupos clandestinos dispuestos a mantener una guerra de baja intensidad contra el Estado mexicano. Tampoco le ayudan los funcionarios que actualmente dirigen los trabajos de inteligencia, porque no tienen los elementos ni el conocimiento para anticipar cualquier tipo de eventualidades. Dicho sea en otras palabras, son reactivos y no preactivos.

Si mal no recuerdo fue el 10 de agosto cuando se realizaron las explosiones en Querétaro y Guanajuato, primeras de la serie que ha encabezado el EPR en los últimos meses. Posteriormente serí­an los ductos de Veracruz y Tlaxcala los que resultaron blanco fácil para los expertos en manejo de explosivos de la organización guerrillera, curiosamente también el 10 de octubre. Ahora hubo explosiones en Ecatepec y el Distrito Federal, curiosamente el 10 de diciembre. En el caso de que las explosiones hayan sido efectuadas por el EPR, pudiéramos decir que hay tres fechas que coinciden en estos tres eventos: los atentados se han realizado en los dí­as 10. También han sido cada dos meses, es decir el 10 de agosto, 10 se octubre y 10 de diciembre. Y por último diré que los atentados se realizan en dos estados cada vez.

Si los expertosá analistas que tiene el Gobierno Federal siguen tratando de ocultar la verdadera razón de las explosiones para no causar pánico colectivo, amparándose en el hecho de que la organización guerrillera señaló en el pasado comunicado que era el último de ellos, no faltará quien haga la reivindicación, sobre todo entre las facciones que se han escindido. Pero este tipo de silencios gubernamentales puede generar que esas otras expresiones a que me he referido comiencen una escalada para atentar contra instalaciones federales en diversas partes del paí­s. No sé si estos especialistas tengan noticias de los más de 40 grupos armados que hay en el paí­s, y si exista algún seguimiento a sus posibles acciones, pero me parece que hoy más que nunca las luces de alerta han sido encendidas.

Por más que se quieran ocultar las cosas, el anuncio de reinicio de las hostilidades por parte del EPR y las fechas en que ocurrieron estos eventos coinciden plenamente, por lo que podemos afirmar que las explosiones ocurridas la noche del lunes fueron producto de sendos atentados preparados y operados por sus milicianos. Las plantas fueron cercadas por militares de forma inmediata, quienes llegaron en coches particulares portando chamarras negras y no permitieron el acceso ni a los integrantes del Cuerpo de Bomberos ni a Seguridad Pública del Distrito Federal. Ocultar las cosas no facilitará la aplicación del estado de derecho, pero esa es decisión de quienes manejan la polí­tica de seguridad nacional. Al tiempo.