De la chaparrez

Como dirí­a José Martí­:
Para un prí­ncipe enano se hace esta fiesta.á

Y es que probablemente lo que más asuste de FeCal sea la poca estatura con que se le ha visto desde que empezó el cochinero que hasta ahora estamos viviendo. Y no me refiero al hecho de que entre él y el Lord Farquaad de Shrek no haya a quien irle (aunque hay que decir que el de la pelí­cula sí­ cae bien a veces, que ni qué). Me refiero a que, como estadista, como gente de visión polí­tica, de plano se ha visto más pulgarcito que como lo pintan los moneros de la prensa nacional.
A veces uno no sabe si es ceguera o estupidez o las dos cosas.
Una simple frase habrí­a evitado tanta verbena. Me sumo a la petición de mi adversario por el recuento total de los votos Bastaba con hacer la apuesta de que, de todos modos, el tribunal se negarí­a. Y él ya habrí­a quedado bien parado. En una de esas y hasta le creí­amos que no habí­a habido fraude y que Hildebrando paga sus impuestos desde chiquito y que todos en su casa comen frutas y verduras.
Pero en su chaparrez lleva su anatema. Ceguera o estupidez o de plano mala voluntad.
Hací­a falta estatura polí­tica, pues. Capacidad de entendimiento y no fanática obcecación. Por eso toda esta fiesta, payasos, caballitos y ruedas de la fortuna son a la salud de él, de nuestro prí­ncipe enano.

¡Venga mi caballero por esta senda! ¡ÃƒÆ’‰ntrese mi tirano por esta cueva!á

Ahora dice que no tiene miedo de enfrentar una presidencia sitiada . Cómo le va a dar miedo si ni está enterado en qué paí­s vive, ni de la polarización social que ha propiciado con su farisea actitud de respeto a las instituciones, ni de qué significa la palabra espurioá, ya ni hablar de que conozca ese otro México, el que no desayuna con champán ni lee la revista Caras (convendrí­a que bajara las ventanas de su coche cuando vaya a Plaza Santa Fé y mirara hacia los cerros para que se enterara de en qué paí­s vive).
Cómo le va a dar miedo si a Dí­az Ordaz hasta le dio orgullo el 68. Y como que, después de los guamazos y la sangre de ayer en la cámara, ya les anda uno encontrando el parecido a ambos personajes, que ni qué.
Esperemos, pues, que siga manteniendo tan valerosa postura. Porque se le va a venir encima más baile y más banquete y más jolgorio. Que se prepare, pues.

Porque, como dirí­a José Martí­,
Para un prí­ncipe enano, se hace esta fiest

Todos somos hijos de Pedro Páramo