De las ñáñaras y sus indicios

Justo el mismo dí­a aparecen dos notas que, en estricto sentido, no debieran tener nada que ver entre sí­. Pero ya vistas bajo la lupa...

La Jornada publica, por un lado, una entrevista que concedió Gí¼nter Grass al Frankfurter Allgemeine Zeitung; Diario Monitor, por el otro, nos habla de adónde van a parar los dineros y las querencias de Francisco Garrido, gober precioso de Querétaro.

El titular de Monitor (nótese el verbo, para estar a tono) reza: Adiestra El Yunque a Aves Azules (Noblesse obligue, hay que decir que es sólo la mitad del ocho columnas, la otra mitad habla de que el GDF da créditos por ir a mí­tinesá, pero esa nota que la trabaje Germán Martí­nez que hace muy buenos pucheros con este tipo de afirmaciones dolosas).
En Monitor se nos habla de un supuesto grupo paramilitar juvenil de ultraderecha (muchachos bien comidos, fuertes, algunos gí¼erosá) que es entrenado en los bosques queretanos y del que hay la creencia de que el mero patróná, el gobernador Francisco Garrido, está financiándolos de alguna manera. Centenas de jóvenes que se preparan como si fueran a una guerrá, rezan y se van.

Por el otro lado, Gí¼nter Grass hace una muy fuerte declaración al diario alemán: que militó por algún tiempo en las Waffen-SS (una suerte de guardia pretoriana de Hitlerá). ¿Y por qué es tan fácil relacionar ambas notas? Pues porque para llegar a tan distinguida élite nazi, habí­a que pasar antes por las juventudes hitlerianas, por supuesto. Y la siguiente descripción entra un poco en contexto cuando se habla de ultraderecha juvenil fanática, sea de la selva negra o de la Siera Gorda:

Las Juventudes Hitlerianas produjeron jóvenes capaces de intimidar a sus padres y profesores, de traicionar a sus amigos y de denunciar a sus enemigos polí­ticos. Al pertenecer a las Juventudes Hitlerianas se obtení­a una licencia para matar. "Un joven nazi que deseaba ingresar a las SS", escribe Burleigh, "tuvo la honradez de declarar: 'Es muy satisfactorio poder pegar sin que te devuelvan el golpe'". Los miembros de las Juventudes Hitlerianas eclipsaron a los ideólogos nazis más radicales; en los últimos años de la guerra, esas juventudes entraron en periodo de franca descomposición, disparaban a mansalva, se embriagaban hasta desfallecer y fecundaban a jóvenes menores de edad.

La pregunta es qué tan a gusto se sienten ya estos grupos, cobijados por la promesa de un futuro presidente yunquista, como para realizar su entrenamiento ante los incrédulos ojos de los ejidatarios.

Acompañad, pues, a vuestras hijas menores a todos lados.

Todos somos hijos de Pedro Páramo