Matar a López Obrador

Tomado del diario en lí­nea Hoy Tamaulipas

Sección: Editoriales / Análisis Polí­tico

Por: Miguel Treviño Rábago
Jueves 17 de Agosto del 2006

MATAR a López Obrador es el deseo abierto y secreto de muchos panistas. Ya lo intentó Vicente Fox y su consorte. Pero no me malinterpreten: Matarlo polí­ticamente ha sido la intención perversa, obsesiva y constante de los inquilinos de Los Pinos a quiénes por cierto se les solicitará atentamente que desocupen las cabañitas del amor. Felipillo seguramente querrá vivir en la mansión que todos los presidentes han ocupado desde el General Lázaro Cárdenas. López Obrador en cambio no quiere vivir allí­, el quiere dos cuartitos y un baño en el Palacio Nacional. Los Pinos dice AMLO se convertirí­an en un museo abierto al pueblo con entrada libre.

MATAR a López Obrador serí­a también la solución ideal para el TRIFE que se encuentra entrampado entre tres opciones: Matar polí­ticamente al popular "peje" comunicándole que perdió las elecciones con miles de votos fraudulentos inyectados por el IFE; declarar ganador a Felipillo el tramposillo o bien ANULAR la elección presidencial y recomendar al Congreso el nombramiento de un presidente interino. No se hagan bolas mis estimados lectores: Matar con votos fraudulentos a AMLO; imponer un presidente espurio o convocar a nuevas elecciones en no menos de 14 meses ni mas allá de 18. Sigamos deshojando la margarita....

MATAR a López Obrador -polí­ticamente- diciéndole que el IFE, Ugale, los consejeros y sus funcionarios si contaron bien los votos. Por ahí­ aparecieron y desparecieron miles y miles de votos que nadie contabilizó, pero "son errores humanos". Todos nos equivocamos y bueno pues se fueron 30 o 40 mil de más y se perdieron 60 mil pero qué más da si Felipillo gana con 240 mil. Solo se contó el 9% de las casillas, pero seguro que el otro 91% si lo contaron bien. Los del IFE están dispuestos a jurarlo por el osito bimbo que también contó los votos para que le salieran bien las cuentas a su PAN que es tan "sabroso" y tiene tanto cliente, perdón tantos simpatizantes.

MATAR a López Obrador desde el punto de vista polí­tico se lograrí­a echándole encima a todas las policí­as al servicio del Gobierno Federal y sacar a golpes, garrotazos y patadas a miles de sus seguidores que bloquean algunas calles en el Distrito Federal. Por lo pronto ya sacaron las "tanquetas" por aquello que se necesiten el 1o. de septiembre en San Lázaro. Todo es cuestión de que el "Jefe" de las instituciones de una orden estilo Gustavo Dí­az Ordaz y se arma otro Tlatelolco versión 2006 para entrar a las gloriosos páginas de la historia nacional. Ya me imagino a doña pelos diciéndole al viejón "Echáselos chente, echáselos para que aprendan, así­ me lo aconsejó Paty en su programa "enlodando" donde ayer dijo que se iban a llevar una "sorpresa" todos esos muertos de hambre que exigen elecciones limpias y democráticas. Puro naco subversivo admiradores de Fidel y su compadre El "Che" ese que vende tantas camisetas.

MATAR A LOPEZ OBRADOR -polí­ticamente- serí­a bloquearle la cochera de su casa para que no pueda sacar el nissan o mustang que usa. Así­ no podrá llegar a las asambles informativas que organizan los "pelados" esos frente al Palacio Nacional. Se le puede hacer un "plantón" y no lo dejamos pasar. No le quedarí­a mas remedio que quedarse en su casa a "soplarse" todos los telechurrros que pasan Telenvicia y Teleazquea. La tortura serí­a más deliciosa cuando tenga que "chuparse" los sesudos razonamientos de los seudoanalistas que "curiosamente" todos alaban a Felipillo el aplicado en las cuentas aritméticas y reprueban al "burro" de AMLO porque se tardó mucho en terminar su carrera. Porque todos los que reprueban materias son eso: burrros que no merecen un tí­tulo y mucho menos un puesto público. Los panistas siempre sacaron puros dieces por eso les salen bien las cuentas en los votos. Allí­ están los Burriesca, perdón los Bribiesca que hasta millonarios se hicieron en 6 años hasta sin ir a la escuela. Suerte canija que tienen unos.....

MATAR a López Obrador desde el ángulo electoral serí­a nombrar secretarios de Estado por ejemplo a Elba Esther Gordillo, Roberto Campa, Demetrio Sodi, Cuauhtémoc Cárdenas e hijo, Amalia Garcí­a, Patricia Mercado, Ví­ctor González Torres, Roberto Madrazo, Martita, etc; por sus "eminentes" servicios prestados para derrotar a la Coalición por el Bien de Todos. Todos ellos merecen un premio, sin contar a todos los gobernadores del norte de México que hicieron perder a su propio partido y además quedaron bien con "la maestra". O sea que quisieron quedar bien con Dios PAN y con el Diablo PRI. Al PRD lo mandaron al purgatorio donde el "peje" reflexionara si decide irse a la....gloria o al....exilio. A lo mejor también en eso le piden opinión al pontificio TRIFE cuyos magistrados ya se autorecetaron un bono de 7 millones de pesos para cada uno como regalo sexenal que "la ley" les otorga. Y ni quién se los vaya a discutir.

MATAR a López Obrador serí­a enviarlo a la cárcel acusándolo de todos los delitos que contienen los Códigos Penales. Polí­ticamente organizarí­a un motí­n dentro del penal correspondiente y sus seguidores se irí­an a poner el bloqueo y el plantón afuera del centro penitenciario. Ya encerrado, el "peje" se pondrí­a a reflexionar sobre su necias exigencias de que se contaran bien los votos. Allí­ se darí­a cuenta que no debe andar acusando al IFE de fraude cibernético implementado por Hildebrando 117 computers y sus socios mapachones. Se darí­a cuenta que el PREP si era correcto aunque los más destacados fí­sicos y matemáticos hayan demostrado que fue todo un montaje y también se convencerí­a que a Felipe del Sagrado Corazón de Jesús los santos le hacen milagros "apareciendole" miles y miles de votos de más a su favor y "desapareciéndole" todos los votos satánicos de los revoltosos y miserables del PRD. Recobrarí­a la FE en los jerarcas católicos, en los legionarios y en los yunquistas. Todos ellos de golpe de Estado, perdón de golpe de pecho.

MATAR a López Obrador en lo polí­tico permitirí­a a los gringos, a los empresarios, a la gente decente, a los pirrurris y las fresitas, a la "gente" de bien, volver a dormir tranquilos. Hasta hoy todos toman pastillas para dormir y se las tragan con vinos finos. Los banqueros del FOBAROBA fumarí­an otra vez sus puros tranquilamente, las damas de la alta suciedad, perdón de la sociedad regresarí­an contentas a los creelcasinos televisivos llenos de premios seguros para ellas y todos los canacintros, concanacos, copamercos ( o copanarcos ??) respirarí­an tranquilos de que por fin EL PELIGRO para México habí­a sido "controlado". Cuántos momentos angustiantes se pasaron nomás de pensar en que tendrí­an que regresar millones y millones de pesos y dólares que hoy felizmente paga el pueblo. ¿Quién les manda ser pobres e incultos ? dicen ellos.

EN FIN MATAR a López Obrador serí­a fácil. Claro está que polí­ticamente hablando. No me tomen mis palabras a mal. Es cosa de callar al lí­der y automáticamente se callarán también 14 o 15 millones de mexicanos. El periódico La Jornada ya no se editará y la Revista Proceso ya no tendrá material periodí­stico de primera mano. Es cuestión de que el "Jefe" dé la orden y un pueblo entero se arrodillara ante él y su consorte reina. Los intelectuales y artistas de México enmudecerán y se quedarán paralizados. La prensa internacional, sobre todo la pro.yanqui apludirá a rabiar. Tlatelolco se quedará chiquito. Ahora la bengala surcará el espacio pero en el Zócalo e irá a caer allá por Reforma. Entonces si como dijo la "intelectual" con voz de pito: "Se van a llevar su sorpresita". Todo es cuestión de tiempo para que maten polí­ticamente a popular y testarudo López Obrador. Mira que andar exigiendo voto por voto y casilla por casilla...insolente. Si ganó la gente "bonita" de México.

DESGRACIADAMENTE no falta mucho para que el TRIFE acabe con la última esperanza de millones de mexicanos pobres pero honrados, de ver a uno de los de ellos en la Presidencia de la República. El espí­ritu de Victoriano Huerta ronda por Los Pinos. Cuidado porque Tlatelolco todaví­a sangra y las ballonetas nunca han sido una solución polí­tica.

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