Un cuento de foxilandia: "el pobre rey blindado"

Esta es una adaptación de un cuento por todos conocido, los actores actuales los han transformado y lo han llevado a ser el cuento del rey blindado. Veamos como nos diviertes los nuevos actoresá de este cuento. El cuento sucede en México más precisamente en el reino de foxilandia.

El "pobre rey blindado"
Una pandilla de ladrones de color azulá fueron al rey de foxilandia y le ofrecieron hacerle murallas hermosí­simas, armas antimonites eficientes, soldaditos de plomo entrenaditos, diputados antiguerrilla y sobre todo, dispositivos para hacerlo blindado e invisible al pueblo. Así­ pues, le ofrecieron un dispositivo para que sólo pudiera ser visto por sus verdaderos súbditos y hacerlo invisible e intocable para el vulgar pueblo.Así­, el rey serí­a en adelante el pobre rey blindado

El rey le dio todo a la camarillá para que le prepararan su aparatito de blindajeá, de aislamiento y de protección. Les dio todo el oro, plata y dinero que necesitaran, los bancos, las carreteras, los ingresos excedentes del petróleo y el derecho sobre las telecomunciaciones, les ofreció además otro periodo de impunidad exigiendo con ello unos cuantos cercos para sus ladronzuelos hijastros y la marthada bruja del cuento.

Pocos dí­as después, el lí­der de la camarilla le mostró su dispositivo de blindaje al pobre rey blindado Le mostró el cerco de kilómetros, las tanquetas especializadas, los soldaditos de plomo. Al pobre rey blindadoá le pareció insuficiente y pidió más cerco, más kilómetros, más soldaditos, más armas y unos "diputados guardaespaldas

Semanas después el pobre rey blindadoá mandó a sus servidores a probar su cerco de protección. Fue su primer ministro y le aseguró que no lo verí­an, no lo escucharí­an y no lo interrumpirí­an esos mugrososá del pueblo. Mando a un segundo servidor, que le aseguró que incluso habí­a un plan B para que el sucio vulgo ni lo viera ni lo oyera ni lo cuestionar El pobre rey blindadoá preguntó a todos sus asesores si estaba listo, si su dispositivo lo harí­a el pobre rey blindado Todos le aseguraron que sí­, que era el pobre rey más blindadoá

Listo ya para su presentación en sociedadá, para su fiesta, el pobre rey blindadoá refirió lo bueno y hermoso que era su cerco, lo bien que se veí­a foxilandia militarizada, lo bien que se sentí­a con kilómetros y kilómetros asegurados por sus soldaditos de plomo, se sentí­a el pobre rey blindado Sintió su dispositivo de blindaje a su medida, se lo probó, lo midió, abrió los brazos, se miró en su dispositivo de blindaje y se dijo así­ mismo: sí­, ahora estoy listo, soy el pobre rey blindadoá, tengo mi traje que me hace inmune al vulgo, a los populosos, a los mugrosos, al viejerí­o, a los renegados, sí­, se sentí­a libre de los renegados, esos que ya no lo verí­an y ya no la podrián gritar más.

Llegó el dí­a de la fiesta, el pobre rey blindadoá se puso su dispositivo de blindaje y todos le hicieron creer que su traje era perfecto y le ultimaban los detalles. El pobre rey blindadoá se sintió así­, blindado. Montó su helicóptero para andar por foxilandia rumbo al palacio, pero para su sorpresa escuchaba un murmullo, después un grito, después una risa y al final cientos de carcajadas: el pueblo lo veí­a, él escuchaba a esos mugrosos renegados, su blindaje era sólo un cerco inventado, a sus oí­dos llegaron los gritos: ¡traidor!, ¡traidor!, las carcajadas lo hací­an ver más que como un verdadero pobre rey blindadoá un pobre payaso en retiro El dispositivo de su camarilla de ladrones era una mentira, el pueblo lo vio y le gritó, su foxilandia de una calle no lo resguardó, su cerco no puedo evitarle la realidad: el pueblo está en todas partes, en todos sitios y en cada espacio tuvo que soportar la verdad, la realidad que él mismo creó, la tormenta que provocó, lo absurdo de su foxireino. El pobre rey blindadoá tuvo que salir corriendo, tuvo que dejar su palacio y retirarse a llorar su pobre y tormentoso mandato Sólo dijo a su camarilla de ladrones:
Al que te aconseja crearte un cerco y blindaje
le es más dulce el engaño que la cajeta de celaya

Moraleja: ¡ningún cerco los separará ya de la mirada constante del pueblo, los estamos viendo!, ¡los pondremos en su lugar!