Los auténticos peligros para México

El Diario
31 de Agosto del 2006
Actualizado: 12:15:34 AM hora de Cd. Juárez

Lorenzo Meyer
Analista polí­tico

Distrito Federal– Un peligro para Méxicoá: En buena medida, el éxito electoral del PAN en las pasadas elecciones presidenciales se explica por su decisión de no concentrarse en las ofertas propias --no tení­an gran atractivo fuera de los cí­rculos de derecha-- y sí­ en crear una imagen negativa de su oponente de izquierda: Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El punto culminante de esa estrategia fue el diluvio de spots televisivos que mostraron a AMLO como un peligro para México Esa campaña logró despertar o acrecentar los miedos y prejuicios conservadores que anidan en amplias capas de la sociedad mexicana. Así­, por razones más negativas que positivas, Felipe Calderón recibió el voto de un buen número de centristas e indecisos, pero también va a recibir una lista de auténticos peligros para el paí­s, pero acrecentados.

El calificativo de peligro para Méxicoá se lo adjudicó el PAN a AMLO con base en argumentos falsos o con un sustento endeble, entre ellos, que el perredista recibí­a ayuda del presidente Hugo Chávez de Venezuela, que se proponí­a hacer de México una segunda Venezuela, que era un populista irresponsable, que sufrí­a del complejo de Mesí­asá, que era autoritario, etcétera. No pudieron acusar al tabasqueño de corrupción pero explotaron al máximo los videos que les proporcionó el contratista Carlos Ahumada, donde se veí­a a un puñado de perredistas embolsándose dinero y al secretario de finanzas capitalino apostando en Las Vegas.

Pese a todo, el acusado como un peligro para Méxicoá logró el 2 de julio, según las nuevas cifras oficiales, 14 millones 679 mil 453 votos. Frente a lo acontecido, hay que retomar el concepto y analizar, con su ayuda, los verdaderos peligros para México y quién es el responsable de que así­ sea.

Prioridades invertidas: La presidencia es una institución con responsabilidades en la mayorí­a de los asuntos relevantes de la vida pública: desde la conducción de la polí­tica exterior hasta el funcionamiento del correo. Sin embargo, un examen histórico de las presidencias --las de aquí­ o de cualquier otro paí­s--, muestra que la atención y energí­a del personaje que ocupa temporalmente el cargo apenas se ha concentrado en un puñado de temas; el resto ha quedado a cargo de la burocracia. Las razones de esa concentración de la atención y energí­a presidenciales son las circunstancias y los intereses y prejuicios del mandatario en turno.

Para Benito Juárez, las prioridades le fueron impuestas por eventos imposibles de controlar: las guerras civil y externa. Para Lázaro Cárdenas, lo importante fue lograr la modificación de la estructura social por la ví­a de la reforma agraria. Para Miguel Alemán, lo sustantivo fue inclinar el peso del gobierno en apoyo al gran capital para modernizar al paí­s y para hacer negocios personales. La historia de los sexenios se puede hacer alrededor de los dos o tres temas que acapararon la atención y energí­a de cada administración.

Fox: Lograr la consolidación de la democracia polí­tica ganada en el 2000 al autoritarismo prií­sta debió haber sido el rubro que concentrara el grueso de la atención, tiempo y energí­a del gobierno presidido por Vicente Fox. En el inicio, y no sin contradicciones, el presidente pareció empeñado en hacer justamente lo que se esperaba de él, pero luego cambió.

Como bien señala Porfirio Muñoz Ledo (El Universal, 24 de agosto), a partir del 2003 la energí­a de Los Pinos se concentró en un objetivo que contení­a elementos peligrosos para el adecuado afianzamiento del nuevo régimen: impedir por todos los medios el triunfo de la izquierda en el 2006. La gran campaña por cerrarle el paso a AMLO se inició con un absurdo proyecto para hacer a la esposa del presidente la candidata del PAN. Luego se explotaron al máximo los videos que Ahumada proporcionó para acabar mediáticamente con el candidato natural de la izquierda.

Más tarde, la presidencia se empeñó a fondo en construir un camino que, suponí­a, habrí­a de conducir al desafuero del entonces jefe de Gobierno y a su eliminación definitiva como candidato presidencial, camino que finalmente fue cerrado por una gran movilización ciudadana en contra. Cuando ya le fue imposible sostener las pretensiones presidenciales de su cónyuge, Fox se dedicó a armar una candidatura alternativa: la de su secretario de Gobernación. Cuando este empeño también falló, el presidente, abiertamente, echó todo el peso de la institución en apoyo al candidato designado por el PAN: Felipe Calderón. Pasada la elección del 2 de julio, la energí­a presidencial se sigue invirtiendo en la misma obsesión suya y de la derecha: neutralizar a AMLO para convertirlo en un personaje con pasado pero sin futuro.

El peligro en torno a los verdaderos peligros para México: Una de las consecuencias de la decisión gubernamental de empeñarse abiertamente en cerrarle el camino de la presidencia a la izquierda, fue hacer que ésta terminara por poner en duda toda la legitimidad del delicado entramado institucional de una democracia que, de tan joven, aún no echa raí­ces. Hoy el proceso polí­tico mexicano está marcado por la polarización, el agravio, la resistencia civil pací­ficá y la falta de acuerdos básicos entre la clase polí­tica. Y eso sí­ que es una amenaza mayúscula para México.

Obsesionado por su reproduccióná el presidente descuidó muchas áreas de su responsabilidad, lo que facilitó el crecimiento de otros auténticos riesgos para el paí­s. La lista de éstos es impresionante.

El sindicato de maestros ha servido a la perfección al proyecto reproductivo de Fox y del PAN, pero en la tarea fundamental de elevar la calidad de la educación, la alianza Fox-SNTE ha fracasado y en grande. El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación acaba de comprobar que en el conocimiento de las matemáticas, el 51.1 por ciento de los estudiantes del tercer grado de secundaria simplemente está por debajo del nivel básico y el 32.7 por ciento lo está en relación con el dominio de su propio idioma. Hoy, al cumplir sus 18 años, el 60.8 por ciento de los jóvenes mexicanos simplemente ya han abandonado el sistema de educación formal (Reforma, 25 y 26 de agosto). Esos y otros indicadores apuntan en la misma peligrosa dirección: por la mala calidad de su sistema educativo, México no está en condiciones de competir y asegurar su salida del grupo de los paí­ses subdesarrollados.

Según datos del 2005 de la Office of National Drug Control Policy de Washington, las organizaciones mexicanas de narcotraficantes obtienen ingresos por 13,800 millones de dólares anuales. Realmente es imposible saber el monto real de las ganancias de esa actividad criminal y bien pudieran ser superiores, pero de lo que no hay duda es del aumento de los asesinatos asociados al narcotráfico mexicano: el año pasado llegaron a 1500 y en lo que va de este año ya superan los mil. Se trata de ejecuciones cada vez más sistemáticas y dramáticas: decapitaciones, asesinatos de jefes policiacos, de jueces y magistrados. Hoy ya hay quien afirma que México es ví­ctima del narcoterrorismo (El Universal, 26 de julio). En suma, aquí­ se tiene otra auténtica amenaza para el paí­s y donde la acción oficial dejó mucho que desear.

El sector petrolero es fundamental para México, pero la decisión de Fox de irse por la ví­a fácil y sustituir con los ingresos de PEMEX los recursos que no pudo obtener mediante una reforma fiscal, ha llevado a que esa empresa estatal tenga que entregar al gobierno las dos terceras partes de sus ingresos totales (66 mil millones de dólares) que sirven para cubrir un tercio del gasto público. Esta polí­tica ha desembocado en un enorme endeudamiento de PEMEX, y a no invertir en exploración y tecnologí­a de cara al futuro. Todo esto ha ocurrido justamente cuando el rendimiento de nuestro principal campo productor está disminuyendo a un ritmo de 14 por ciento anual. La lista de peligros reales para México descuidados por el actual gobierno se puede alargar: un raquí­tico crecimiento del PIB y del empleo formal, el deterioro del medio ambiente, la impunidad de los peces gordosá de la vieja y la nueva corrupción, etcétera.

Conclusión: La decisión del Tribunal Electoral de avalar el triunfo del PAN, pareciera haber asegurado el éxito del empeño de Fox y los suyos por bloquear un triunfo electoral de la izquierda. La primera presidencia del régimen democrático debió haber avanzado en la solución de los problemas históricos y en la consolidación de las formas nuevas, legí­timas del quehacer polí­tico. En contraste, lo que hizo fue ignorar los grandes problemas sociales y agrandar las fracturas polí­ticas. En fin, el legado del primer gobierno del régimen supuestamente democrático bien puede verse como una herencia de agujeros.

Resumen: En este sexenio, los auténticos ‘peligros para México’ no fueron tocados y sí­, en cambio, siguieron avanzando