Seguridad al lí­mite... y nada pasó

Héctor de Mauleón
El Universal

Sábado 02 de septiembre de 2006

Estaciones del metro cerradas, camiones que transportaban elementos del Estado Mayor, vestidos de negro, cientos de personas que recorrí­an calles extrañamente vací­as, vecinos que protestaban porque se les dificultaba salir de sus casas o no habí­an logrado llegar al trabajo, el rumor de que 11 manifestaciones comenzaban a abrirse paso desde diversos puntos, 6 mil agentes de la Secretarí­a de Seguridad Pública del DF, rodeando las instalaciones del Palacio Legislativo, cerca de ocho kilómetros de vallas metálicas que afectaron la vida en 15 colonias, y un cielo de nubes grises que volví­a el ambiente sombrí­o, decoraron el último Informe de Gobierno del sexenio de Vicente Fox. Anticiparon el que acaso fue el dí­a más triste para el gobierno del cambio

Todo lo contrario a lo ocurrido seis años atrás, en la toma de posesión del mandatario, cuando la ciudad se volcó en el zócalo y lo vitoreó entre lluvias de papel picado. Ese dí­a todo era blanco y azul. Hubo espectáculo de luz y sonido Eugenia León y Mijares cantaron en la plaza. La muchedumbre gritaba: ¡No nos falles!á y ¡Sí­ se pudo!

Ahora se reportaba en el rumbo de San Lázaro poca afluencia vehicular, y en las esquinas de la colonia Penitenciarí­a habí­a montones de basura que los camiones recolectores no pudieron recoger. El cerco de vallas grises, con su atmósfera de estado de sitioá, salí­a al paso en Congreso de la Unión, Fray Servando, Lorenzo Boturini, Eduardo Molina, Melchor Ocampo... Grupos de estudiantes y personal de la CNDH rondaban los accesos con cámaras fotográficas y de video para registrar la madriz

Se esperaba lo peor, según uno de los elementos de seguridad del Palacio Legislativo, encargado del acceso en Congreso de la Unión y Héroes de Nacozari: –Por ahora todo está tranquilo, pero llegaron reportes de que la gente se está juntando –dijo.

El ambiente de tensión se recrudeció al avanzar la mañana. En la zona de la Merced, los mercados estaban cerrados o mantení­an en funcionamiento solamente algunos puestos. Policí­as y granaderos, divididos en parejas, recorrí­an los barrios. Ana Marí­a Dí­az Vicencio, vecina de la calle Tapiceros, señaló que primarias y secundarias de la zona habí­an pedido a los padres de familia que mejor no mandaran a los niños

–Va venir gente violenta. Por eso esto está así­ de solo... En las unidades habitacionales fronteras al recinto legislativo sólo se veí­an de cuando en cuando personas que las recorrí­an con algo de zozobra. En los accesos de las colonias cercanas a San Lázaro, elementos de seguridad revisaban los autos.

– ¡Diputado! –avisaban en las vallas, cuando, pasadas las 10 de la mañana, los legisladores comenzaron a llegar. Aunque las vallas se abrí­an para ellos automáticamente, el perredista José Jacques Medina afirmó que habí­a sido agredido al intentar trasponer una de éstas.

–No hay reporte de eso. Nosotros tenemos la orden de dejarlos pasar sin más trámite –dijo el encargado del acceso.

En la cajuela de un Nissan que pretendí­a entrar en la zona, los elementos de seguridad encontraron varios carteles con la efigie de Andrés Manuel López Obrador, así­ como propaganda que tachaba a Vicente Fox de traidor a la democraci

–Eso es pura basura que se me quedó en el coche... –dijo, nerviosa, la conductora.

Los guardianes retiraron la basurá y la dejaron pasar. Mientras en San Lázaro todo estaba listo para la guerra, en la Plaza de la Constitución algunos simpatizantes de López Obrador repartí­an flores entre los peatones.

Estudiantes del Politécnico entraron en la plancha coreando: Hace falta una huelga, una huelga general Sin embargo, al final, los contingentes resultaron exiguos: la SSP calculó que sólo se habí­an reunido 8 mil personas en la plaza.

Aunque una lluvia tupida empezó a caer, la gente esperó a pie firme la llegada del candidato de la coalición Por el Bien de Todos, quien anunció que ya andan haciendo perfiles sicológicos sobre mi persona y llegan a la conclusión de que no ando bien Dijo:

–Me da gusto que piensen eso, porque a la gente que más admiro siempre la trataron así­: a Hidalgo, Morelos, Juárez, Villa y Zapata los trataron de locos y de bandidos, y ahora son nuestros héroes nacionales.

López Obrador pidió luego que se fueran al diablo las instituciones, acusó a los gobernantes de ser muy fascistasá, replicó que la República patito no era la suya, sino la de ellosá, censuró a los medios por estar muy plegados al régimená y ser alcahuetes de la derechá, pidió un aplauso para los medios excepcionales, libresá, y solicitó que sus simpatizantes cuidaran el movimiento y no cayeran en provocaciones:

–Por eso no vamos a ir, nos vamos a quedar aquí­, porque de presentarnos en las inmediaciones de San Lázaro, serí­a seguirles el juego. ¡Que se queden con sus tanquetas, que se queden con sus soldados!

Al terminar su discurso –y aunque ya habí­a dado lí­nea–, pidió que se votara la conveniencia de ir al Palacio Legislativo. Triunfó el no López Obrador dijo: –Es la decisión correcta. Aunque el recinto legislativo está sólo a unas cuadras, aquí­ nos quedamos.

Con la vá de la victoria en alto, la gente entonó el Himno. Hacia el oriente, las vallas rodeaban inútilmente el Palacio Legislativo. Según Marcelo Ebrard, el dispositivo de seguridad habí­a costado al gobierno federal 127 millones. Comenzó al dispersión. Minutos después, la tribuna era tomada por los perredistas.