El Financiero impreso

Miércoles 20 de septiembre de 2006 

 Punto y aparte...

De las operaciones oscuras e inexplicables del actual gobierno, sobresale la decisión de expropiar 27 ingenios azucareros cuya viabilidad, se dijo, poní­a en riesgo la estabilida social, económica y polí­tica del paí­s. La sorprendente decisión tomada en septiembre de 2001 parecí­a la repetición de la fórnula asumida para salvar, más que a los productores, a los empresarios que entonces cayeron en una situación de crisis ya que no se modernizron y, por el contrario, acumularon deudas en un entorno de liquidez escasa, astringencia financiera, incumplimiento de cuotas de exportación del TLCAN entre algunos productorees, lo que generó sobreoferta de azúcar y desplome de los precios internos. Por si fuera poco, los precios de las materias primas, especialmente los combustibles, y los salarios golpearon los costos de operación. Ingenuo, el gobierno del cambio, entró al rescate en medio de un vendaval sin rumbo. Creó fideicomisos que ocultaron negociaciones que debieron ser transparentes, la Suprema Corte cambió reglas del juego y si bien el saldo aún no es negativo, tampoco es transparente y será gravoso porque, otra vez, socializará las pérdidas.