Miles de personas marchan en Oaxaca contra el gobernador y el despliegue de la Policí­a Federal

AUSENCIA DE ENFRENTAMIENTOS

El Mundo
Actualizado lunes 06/11/2006 03:12 (CET)

AGENCIAS

OAXACA (MÉXICO).- Al grito de "que sube, que baja, Oaxaca no se raja", el nuevo capí­tulo de la revuelta en la ciudad mexicana ha tenido formato de manifestación. Miles de personas han marchado por las calles del centro para exigir la renuncia del gobernador Ulises Ruiz y en repulsa por el despliegue de la Policí­a Federal.

Aunque no existen datos oficiales sobre la manifestación, se calcula que tomaron parte en ella decenas de miles de personas, habida cuenta de que la marcha ocupaba unos dos kilómetros de extensión en las calles por las que discurrió. La Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) cifró la participación en más de un millón de personas.

La policí­a reforzó con alambres de púa sus posiciones en el centro ante un eventual choque con los manifestantes, pero la marcha no llegó hasta ese punto, sino que finalizó a unas cinco manzanas, frente al templo de Santo Domingo.

Aunque algunos de los participantes más radicales pretendí­an llegar hasta donde estaba la policí­a, pero los organizadores de la marcha llamaron a evitar confrontaciones y a no ir hacia el Zócalo, la plaza donde está asentada la Policí­a Federal Preventiva (PFP).

"Nuestra lucha es de todo el pueblo de Oaxaca, nuestra lucha es pací­fica", afirmó el portavoz de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), Florentino López.

Siete kilómetros de protesta

Militantes de grupos populares, estudiantes, sindicalistas, niños y hasta la orquesta filarmónica de la Sierra Norte avanzaron en un nutrido contingente hacia la plaza de Santo Domingo.

El recorrido fue de unos siete kilómetros y comenzó al oeste de la ciudad, desde el monumento al ex presidente mexicano Benito Juárez, considerado uno de los primeros mandatarios indí­genas de Latinoamérica y gobernador de México entre 1861 y 1872.

Desde el monumento a Juárez, donde se congregaron unas 2.000 personas, hasta el núcleo de la ciudad, la manifestación creció de volumen a cada paso, por la adhesión de miles de vecinos de las áreas periféricas por donde pasó, algunos de los cuales ofrecieron agua y refrescos a los participantes.

"Fuera PFP", decí­an algunas pancartas y coreaban los manifestantes durante la marcha, que se realizó una semana después de que ingresara a la ciudad la policí­a federal, por órdenes del presidente Vicente Fox, como reacción a un tiroteo que dejó varios muertos.

Los manifestantes, que responsabilizan al gobierno estatal de la mayorí­a de las 11 muertes registradas desde que estalló la crisis en mayo, reclaman la dimisión de Ruiz, miembro del Partido Revolucionario Institucional (PRI), como única solución para la crisis polí­tica, social y magisterial que tiene paralizada Oaxaca.

Herido de bala un estudiante

Horas antes de la marcha, se produjo un nuevo incidente sangriento cuando unos desconocidos, que la APPO identificó como "secuaces" del gobernador Ruiz, abrieron fuego contra la emisora de radio de la universidad pública estatal oaxaqueña, el instrumento de propaganda de este grupo.

Los disparos causaron graves heridas a Marcos Sánchez Martí­nez, un estudiante de Ingenierí­a del Instituto Tecnológico de Oaxaca, quien recibió un disparo de bala en el estómago por el que tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, según fuentes hospitalarias, que calificaron su estado de "delicado".

Las protestas continúan y más de 25.000 maestros prevén instalarse a partir de esta semana en la Plaza de Santo Domingo hasta que sean resueltas sus demandas, según la delegada del sector ciudad del sindicato, Marí­a del Carmen Hernández.

Profesores de las regiones de Valles Centrales -que cuenta con 24.000 de los 70.000 maestros del estado y con 6.000 de los 14.000 colegios- y Sierra Norte han decidido continuar en la lucha junto con la APPO sin asistir a las aulas, en contra de la postura del lí­der del magisterio en Oaxaca, Enrique Rueda.

Las protestas se iniciaron en mayo como una huelga de maestros en demanda de mejoras laborales. Pero grupos indí­genas y de izquierda se han sumado al movimiento estableciendo campamentos y bloqueos.

Oaxaca es uno de los estados más pobres de México, con una población mayoritariamente indí­gena. Las protestas han causado una caí­da en la afluencia de turistas, una de las principales fuentes de ingresos de la región, y se han convertido en uno de los principales problemas para el presidente saliente, Vicente Fox, quien ha prometido solucionar el conflicto antes entregar el poder a su sucesor Felipe Calderón, el 1 de diciembre.