
Oaxaca: Un estado en el sótano de la pobreza
Submitted by nadezhda on Jue, 11/09/2006 - 20:48
Nuevo Excélsior
Por: Marcela Turati
09/11/2006
Oaxaca, siempre al último: en esperanza de vida, marginación, producción, analfabetismo, conclusión de estudios, infraestructura, transparencia, aportación al PIB, número de médicos por enfermos o de maestros por alumnos, longitud de carreteras o inversión directa extranjera.
Pero a veces también puede ser la primera entidad en la lista: en endeudamiento, recepción de remesas y aportaciones del gobierno federal.
Y, aunque es uno de los cuatro estados que recibe más dinero federal, es el último en cuanto a transparencia.
Lo anterior lo revela un estudio de investigadores del Instituto Tecnológico de Oaxaca (ITO), próximo a publicarse.
Según el gobierno federal, las transferencias que el gobierno federal destinó a Oaxaca en 2005 se incrementaron casi una cuarta parte respecto de 2000, vía los ramos 33, 25, 39 y 28. El estudio señala que, si sólo se mide el ramo 33 (recursos para infraestuctura, salud, educación, seguridad) entre 2000 y 2002, Oaxaca recibió 31.7 mil millones de pesos.
Junto a San Luis Potosí y Tabasco, Oaxaca está entre los estados con muy alta dependencia de los recursos federales. Esos datos van de la mano de otro: es la entidad donde hay menos transparencia en general, incluido el uso de los recursos públicos.
Su gasto no ha servido para bajar las condiciones de marginación. Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), de entre los 15 municipios más miserables del país, siete son oaxaqueños. En uno de ellos, Coicoyán de las Flores, se tiene un atraso de más de un siglo: tres cuartas partes de la población no saben leer ni escribir.
El índice de desarrollo humano de Oaxaca es similar al de los territorios ocupados palestinos o al de Cabo Verde.
La esperanza de vida de los oaxaqueños es de 73.2 años, cifra inferior a la media nacional que es de 76 años y que ubica a la entidad en el último lugar nacional, junto con Chiapas.
Si se mide a Oaxaca por el índice de Marginación –que revela las carencias de la población en cuanto a acceso a la educación primaria, servicios de salud o infraestructura, bajos ingresos, residencia en viviendas inadecuadas o en localidades pequeñas, aisladas y dispersas–, también aparece en el cuadro de deshonor. Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz e Hidalgo son los estados con grado de marginación muy alto.
Oaxaca supera ligeramente a Chiapas en las privaciones asociadas a la dispersión poblacional, pues mientras en Chiapas 61% de su población (o 2.4 millones de personas) habita en localidades con menos de cinco mil habitantes, en Oaxaca asciende a 64% (2.2 millones de personas).
Basado en el índice de marginación que elabora el Consejo Nacional de Población, el estudio arroja que una tercera parte de los municipios oaxaqueños (182) presenta muy alto grado de marginación y 48% (276), alto grado de marginación.
Del resto, 76 municipios tienen marginación media; 27 baja y tan sólo nueve con muy baja marginación que corresponde a menos de 2% de los municipios.
Si se le mide a nivel nacional, ocupa el lugar número tres, con grado de marginación muy alto.
Para realizar el estudio, los investigadores usaron los desgloses de informes de gobierno, cifras de Conapo, INEGI, ONU, Secretaría de Hacienda, Sedesol, Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados federal, Banco de México y Encuesta Nacional de Empleo, entre otras.
Si se le aplica la medición por índice de capital humano, que comprende el grado de equipamiento que tienen los ciudadanos para salir adelante, gracias al nivel educativo, su alimentación y salud, Oaxaca ocupa, otra vez, el lugar 31, sólo superado por Chiapas.
Otra medición es el nivel de la infraestructura existente, el cual considera el número de maestros y escuelas por alumno y de médicos y camas por habitante, además del número de líneas telefónicas y la longitud de carreteras. En esto, permanece en el lugar 31, el penúltimo nacional.
Baja un lugar y ocupa el último sitio en la medición de desarrollo, cuando lo que se le mide es una mezcla entre el producto interno bruto, la población urbana, el nivel de educación, los servicios de vivienda y la mortalidad infantil.
En lo que no salió reprobado es en la recepción de remesas. En ese caso ocupó el noveno lugar y tuvo una participación de casi 5% del total nacional.