Más impuestos a monopolios, no al pueblo, plantea el Nobel Stiglitz

Desafortuna conferencia, no por su contenido, más bien que por haber tenido cabida en la Feria del Libro nuestros cultos (futuros) secretarios ni se darán por enterados.

Creo deberí­a exigir la pasen en la televisión en horario estelar, así­ hay más posibilidades de que se enteren.

De la Jornada del dí­a 29 de noviembre del 2006
http://www.jornada.unam.mx/2006/11/29/
index.php?section=economia&article=032n1eco

* Para crecer y reducir la desigualdad México debe evitar las polí­ticas del FMI

* Cobrar IVA en alimentos y medicinas genera mayor desigualdad y afecta a la clase trabajadora, dice

* Los tratados de libre comercio son malos para paí­ses en desarrollo; no son libres ni justos

JUAN CARLOS G. PARTIDA CORRESPONSAL


El premio Nobel de Economí­a, Joseph Stiglitz, en la FIL Foto: Arturo Campos Cedillo

Guadalajara, Jal., 28 de noviembre. El premio Nobel de Economí­a 2001, Joseph Stiglitz (Indiana, EU, 1943), vino a Guadalajara a echar por tierra el modelo neoliberal que ha seguido México en los últimos 25 años, y sugirió que si el paí­s quiere crecer y disminuir la inequidad en el reparto de su riqueza, debe evitar seguir las polí­ticas públicas que impone el Fondo Monetario Internacional (FMI) a los paí­ses en ví­as de desarrollo, las cuales han demostrado su ineficacia en todo el mundo.

Propuso además que a cambio de gravar al pueblo con más impuestos, se aumente el cobro a los monopolios y oligopolios; también que se busque disminuir la dependencia económica con Estados Unidos, y se evalúe qué tanto ha servido la firma de un tratado de libre comercio con ese paí­s, pues ahora la brecha entre pobres y ricos en México se ha acentuado.

''Si las polí­ticas públicas que impulse el nuevo gobierno (de Felipe Calderón) se acercan a las que promueve el FMI, las expectativas no son muy favorables. Veo como alternativa que se incremente el nivel de recaudación fiscal en el paí­s si se ponen impuestos a los monopolios y oligopolios, en lugar de promover un incremento al IVA en medicinas y alimentos; el pasado muestra que los paí­ses que siguieron esas polí­ticas públicas puntualmente no obtuvieron elevadas tasas de crecimiento, lo que sí­ sucedió con los que no siguieron esas polí­ticas del FMI'', dijo el también catedrático de la Columbia University en Nueva York y ex presidente del Consejo de Asesores Económicos en la administración del presidente Bill Clinton.

Stiglitz afirmó que uno de los problemas graves de México es el elevado nivel de desigualdad en la distribución del ingreso, el cual a su vez podrí­a generar mayores conflictos en lo polí­tico y social, un problema al que el FMI ''no se ha caracterizado por proponer polí­ticas públicas'' para atenderlo.

''Un elemento adicional se refiere a la polí­tica industrial, que tampoco el FMI promueve; sin embargo, los paí­ses que han crecido sí­ han seguido polí­ticas de desarrollo industrial. Si el próximo gobierno sigue los lineamientos del FMI en cuanto a que no haya polí­tica industrial, esto tendrá un impacto adicional en los niveles de crecimiento del paí­s'', agregó.

En rueda de prensa posterior a su participación en el foro de economí­a que se desarrolla en la Feria Internacional del Libro, donde dictó la conferencia magistral ''Haciendo que la globalización funcione'' ­igual tí­tulo de su reciente libro ­, Stiglitz reconoció que ciertamente hay ejemplos de polí­ticas industriales que han resultado un fracaso, y el FMI es muy efectivo en recordarlos, pero ''lo importante es concentrarse en los casos exitosos''

¿Reformas o contrarreformas?

Cuestionado sobre las reformas que se gestan para la próxima administración federal mexicana en materia de impuestos, laboral y energética, el economista cambió las recetas sugeridas por gobiernos de Acción Nacional.

De la posibilidad de cobrar IVA en alimentos y medicamentos, afirmó que no es un impuesto eficiente ni justo en la distribución de la riqueza, pues a diferencia de Europa, donde la recaudación de tal gravamen es para todos los sectores de la economí­a, en los paí­ses en ví­as de desarrollo está focalizado en ciertos sectores.

''No es un impuesto que promueva la equidad porque le cobra lo mismo a todos los individuos, independientemente de sus ingresos, y uno de los principios económicos es la proporcionalidad que busca la distribución. Esto es todaví­a más grave en paí­ses con alto nivel de desigualdad en la distribución del ingreso, como México. Por lo mismo, cobrar impuestos de manera desproporcionada también genera mayores dinámicas de inequidad.

''En la administración del presidente Clinton discutimos el IVA y lo desechamos porque es una medida que afecta más a la clase trabajadora'', dijo.

Agregó que el fenómeno de la globalización ha resultado en que los sectores de la población con mayores ingresos se han beneficiado en mayor medida, y los que tienen menor nivel de ingreso han obtenido pequeños o ningún beneficio.

''En este contexto no tiene sentido incrementar la tasa del IVA en alimentos y medicinas, pues tendrí­a una carga mayor en individuos de menor ingreso, la polí­tica serí­a regresiva.

''Lo que deberí­a estar promoviendo el FMI son los impuestos a los monopolios y oligopolios, que permitirí­an incrementar la eficiencia y la equidad en la distribución del ingreso. Este es un ejemplo de cómo el FMI propone polí­ticas públicas que funcionarí­an hipotéticamente en todos los paí­ses, lo cual no es así­''.

En cuanto a la reforma laboral y los peligros que entraña flexibilizar el mercado de trabajo, señaló que aunque desconoce las particularidades de la reforma a discusión, en su participación en la administración de Clinton se discutió la conveniencia de incrementar el salario mí­nimo a los trabajadores, otra de las polí­ticas que el FMI rechaza.

''Nuestra investigación concluyó, sin lugar a dudas, en que un incremento pausado del salario mí­nimo no afectarí­a el mercado laboral ni crearí­a desempleo, y significarí­a cambios muy positivos en el nivel de ingresos de la clase trabajadora. Por supuesto que esto iba en contra de sus propios modelos económicos, que no son una descripción puntual de lo que es una economí­a. Pero la polí­tica pública que aplicamos tuvo un impacto positivo, incrementamos el salario mí­nimo y no se afectó el mercado laboral, aunque sí­ significó un aumento en el ingreso de los trabajadores.

''Uno de los elementos donde flexibilizamos el mercado laboral fue facilitar que los trabajadores se llevaran sus beneficios sociales como pensiones o seguro de gastos médicos de un trabajo a otro; otra medida fue incrementar la capacitación de los trabajadores, dos medidas que significaron el fortalecimiento del mercado laboral''.

La inversión privada no es una panacea

En cuanto a la posibilidad de que el capital privado pudiera entrar a ''reforzar'' a Petróleos Mexicanos, Stiglitz señaló que se tendrá que tomar muy en cuenta el proyecto de organización industrial.

''Se debe tener en cuenta que el objetivo primario de una empresa privada es obtener el petróleo y pagar por él la menor cantidad posible, por lo tanto hay un conflicto de intereses'', afirmó.

Subrayó que la inversión privada ''no es una panacea'', pues el FMI le ha atado las manos a la mayor parte de los paí­ses en ví­as de desarrollo, de tal manera que casi todas las privatizaciones ya están preparadas.

El fracaso globalizador

Fundador del diario The Journal of Economic y autor de libros de referencia en economí­a traducidos a 35 idiomas, Stiglitz no tiene piedad con el modelo globalizador que ha causado problemas cada vez más graves en la equidad del reparto de la riqueza.

''Uno de los mecanismos para promover un cambio en la manera en que la globalización funciona es democratizando los procesos de negociación de tratados, de comercio y de derechos de propiedad. Es importante democratizar los mercados de deuda.

''Los tratados de libre comercio son malos para los paí­ses en ví­as de desarrollo, porque afectan un principio fundamental en la construcción del comercio internacional en los últimos 50 años, que es el principio de no discriminación'', dijo.

Por ello, el resultado actual es que hay dos bloques de paí­ses: unos, los que sí­ tienen tratados, y otros que no tienen tratados entre sí­, lo que fomenta la confusión sobre el origen de los productos y afecta el libre comercio global.

''Esto es malo para los paí­ses en ví­as de desarrollo, porque son tratados libres pero sólo de nombre, no son justos. Un tratado de libre comercio efectivo serí­a muy fácil de describir: eliminar tarifas, restricciones, subsidios. En cambio, lo que tenemos son tratados de libre comercio construidos para afectar algunos sectores de la economí­a de paí­ses en ví­as de desarrollo y beneficiar a los paí­ses desarrollados. No son negociaciones.

''Un negociador me comentó alguna vez que no hay alternativa de negociación, porque o aceptan las condiciones que impone Estados Unidos o no hay tratado''.