Convoca el Ejército Zapatista a una movilización mundial por Oaxaca

De la Jornada del 3 de diciembre de 2006
http://www.jornada.unam.mx/2006/12/03/
index.php?section=politica&article=018n1pol

* El 22 de diciembre, la cita; exige libertad de presos polí­ticos de esa entidad y de Atenco


Marcos se reunió en la ciudad de México con organizaciones anticapitalistas Foto: Ví­ctor Camacho

Esto es tan otro y tan grande que no cabe en la geografí­a de arriba.

Palabras del delegado Zero de la Comisión Sexta del EZLN.

2 de diciembre de 2006.

COPAI-México.

I. La Otra Campaña en el norte de México: decir "Oaxaca" arriba y abajo

Cientos de detenidas y detenidos ilegalmente, decenas de desaparecidos, torturas, cateos, golpes. Hombres y mujeres jóvenes, indí­genas, niños y niñas, ancianos y ancianas. Como quien dice: el pueblo oaxaqueño abajo. Arriba la Policí­a Federal Preventiva, los paramilitares de Ulises Ruiz, los grandes medios de comunicación, la clase polí­tica.

Callar frente a eso es decir "Oaxaca" desde arriba, y desde arriba hacer las cuentas alegres... e idiotas.

Porque allá arriba se aprestan a declarar que todo volvió a la normalidad y que el "conflicto" está controlado porque han sido detenidos "los dirigentes", como si ese movimiento tuviera "lí­deres" para ser comprados o presos o muertos. Dicen que ahora hay que voltear hacia otro lado. Es decir, no dejar de ver hacia arriba, hacia la parafernalia del poder polí­tico, hacia sus simulaciones, su aparentar que mandan y ordenan mientras el verdadero Poder da la orden del dí­a a sus medios de comunicación, comentaristas, locutores, artistas, intelectuales, jefes de policí­a, mandos militares y paramilitares.

Decir "Oaxaca" abajo es decir compañera y compañero, es acoger a quien es perseguido, es movilizar las fuerzas propias para la presentación de los desaparecidos, para la liberación de las detenidas y detenidos, es informar, es llamar a la solidaridad y el apoyo internacionales, es no callar, es decir este dolor sureño y señalar que se extiende por todo el paí­s y más allá de las fronteras de los cuatro lados, como si fuera por abajo donde se nombran, se hablan, se escuchan, se caminan los dolores.

Oaxaca se extiende en el dolor, pero también en la lucha. Pedazos de ese pueblo, como si de un rompecabezas se tratara, se reparten por todo el territorio nacional y más allá de un lí­mite geográfico que, al menos en el norte, es más ridí­culo que nunca.

Durante los dos meses que tardamos en caminar las diferentes esquinas del norte mexicano, Oaxaca fue apareciendo una y otra vez. Y se vestí­a de dolor y rabia, y nos hablaba y nos miraba.

Y la Otra escuchó y escucha, y tiende los brazos como los tendieron, en solidaridad con Oaxaca, los lí­mites de zapatistas que en dos ocasiones paralizaron los caminos de Chiapas, y las Otras en todos los rincones del México de Abajo, y los otros y otras en las esquinas del mundo. Como los tienden. Como los seguirán tendiendo aunque nadie lleve la cuenta, como no sea el espejo fragmentado que somos quienes nadie somos.

Frente a Oaxaca, para Oaxaca y por Oaxaca, decimos:

COMUNICADO DEL COMITÉ CLANDESTINO REVOLUCIONARIO INDIGENA-COMANDANCIA GENERAL DEL EJERCITO ZAPATISTA DE LIBERACION NACIONAL. MEXICO.

2 de diciembre de 2006.

Al pueblo de México:

A los pueblos del mundo:

Hermanos y hermanas:

El ataque que sufrió y sufre nuestro hermano pueblo de Oaxaca no puede ser ignorado por quienes luchamos por libertad, justicia y democracia en todos los rincones del planeta.

Por eso, el EZLN llama a toda persona honesta, en México y en el mundo, para que se inicien, desde ya, acciones continuas de solidaridad y apoyo al pueblo oaxaqueño, con las siguientes demandas:

Por la representación con vida de los desaparecidos, por la liberación de las detenidas y detenidos, por la salida de Ulises Ruiz y las fuerzas federales de Oaxaca, por el castigo a los culpables de las torturas, violaciones y asesinatos. En suma: por la libertad, democracia y justicia para el pueblo de Oaxaca.

Llamamos a que en esta campaña internacional se diga, de todas las formas y en todos los lugares posibles, lo que ocurrió y ocurre en Oaxaca, cada quien en su modo, tiempo y lugar.

Llamamos a que estas acciones confluyan en una movilización mundial por Oaxaca el dí­a 22 de diciembre de 2006.

El pueblo oaxaqueño no está solo. Hay que decirlo y demostrarlo, a él y a todos.

¡Democracia!

¡Libertad!

¡Justicia!

Por el Comité Clandestino Revolucionario Indí­gena-Comandancia General del Ejército Zapatista de Libertación Nacional.

México.

Subcomandante Insurgente Marcos.

México, diciembre de 2006.

II. 45 mil kilómetros en (Otra) campaña

En su participación en la primera etapa de la Otra Campaña, la Comisión Sexta del EZLN recorrió alrededor de 45 mil kilómetros (47 mil 890, apuntó alguien que llevó la cuenta) en territorio de lo que ya podemos llamar, con conocimiento de causa, efecto y destino, el Otro México, el de los de abajo.

Lo que vimos y escuchamos no sólo echó por tierra aquello de los 31 estados y un Distrito Federal, ya que nos encontramos con compañeros y compañeras de, al menos, 35 entidades: las 32 de la geografí­a de arriba, más la Comarca Lagunera, la Huasteca y esa entidad que crece en identidad propia al norte del rí­o Bravo.

El aliento que mueve a la Otra Campaña es tan grande que no cabe ni dentro de las fronteras: al norte del rí­o Bravo hay otro México.

"Nunca perderemos. Estamos aquí­. Vamos a estar aquí­ siempre", dice una niña chicana que sabe lo que dice.

Escuchamos y vimos muchos Méxicos, con colores y lenguas distintas, con pasos diferentes. Y con ellos nos dimos cuenta que todos se hacen uno al hablar el dolor y actuar la rebeldí­a.

A pie, en moto, en caballo, en bicicleta, en auto, en tren y en barco, hicimos 45 mil kilómetros de campaña muy otra y, para usar las palabras de una mujer indí­gena rarámuri, en la sierra Tarahumara, "vimos la enfermedad y ahí­ mismo encontramos la medicina".

Con luz propia brilló el dolor, y empezó a cintilar el árbol de la resistencia que abajo está enraizado desde siglos.

No podemos seguir resistiendo solos, cada quien por su lado. Necesitamos unirnos, por nosotros y por todos.

En pocas palabras, México sólo podrá vivir si vive el México de abajo.

Y en México de abajo sólo podrá vivir con la libertad de l@s pres@s de Atenco, la de tod@s l@s pres@s polí­ticos del paí­s, la presentación con vida de l@s desaparecid@s y la cancelación de todas las órdenes de aprehensión en contra de luchador@s sociales.

III. Ni azul ni amarillo, el Otro Norte también existe

Las cuatro ruedas del capitalismo: despojo, desprecio, explotación y represión, unen abajo lo que arriba dividen basados en encuestas y deseos azules y amarillos.

La Otra Campaña ha recuperado al paí­s, ha descubierto que el norte es también México.

Algunos botones de muestra:

Hay una lí­nea arriba que une a Teacapán y Dautillo, en Sinaloa, con Isla Mujeres, en Quintana Roo, y Puerto Progreso, en Yucatán; a Joaquí­n Amaro y San Isidro, en Chiapas, con Matamoros, en Tamaulipas, y El Mayor, en Baja California.

En estas ocho esquinas del México de abajo, familias de pescadores son perseguidas por trabajar. Así­ se da la criminalización del trabajo, bajo la coartada del cuidado del medio ambiente.

La polí­tica ambiental de los gobiernos neoliberales, tanto el federal como los estatales y municipales, es de destrucción de la naturaleza... o de arrebatarla a sus legí­timos guardianes para entregarla a la voracidad de las grandes empresas.

Por otro lado, en tres estados, Sonora, Zacatecas y San Luis Potosí­, gobernados por el PRI, el PRD y el PAN, respectivamente, se puede constatar lo que representa eso de "mantener las variables macroeconómicas".

En ellos se da la destrucción del campo mexicano y el despoblamiento por la expulsión de millones de mexicanos hacia Estados Unidos. Y la reconstrucción de las viejas haciendas porfiristas y su redoblamiento con migrantes indí­genas de los estados del sur y el sureste de México.

En México, la "modernidad" es volver a la época porfirista.

IV. Después del siglo XX, arriba sigue... el siglo XIX

La máquina de hacer mercancí­as se esconde en la causa pero no en el efecto. Tras el mercado y tras el salario se oculta el núcleo fuerte del sistema: la propiedad privada de los medios de producción y de cambio.

La nuevas naciones que participan en la neoconquista de México están formadas por los bancos, las industrias y el comercio, todos extranjeros. Y sus ejércitos de conquista y ocupación son diputados, senadores, presidentes municipales, diputados locales, gobernadores, presidentes de la República, secretarios de Estado.

Esta es la historia presente que une al México del norte, centro y sur. Los tiempos de fin del siglo XIX e inicios del XX han regresado:

­ Despojo de tierras.

­ Destrucción de la cultura y la historia.

­ Destrucción de la naturaleza.

­ Destrucción del tejido comunitario.

­ Destrucción de la cultura organizativa.

­ Violencia de género contra las mujeres, intrafamiliar, social, cultural e institucional.

­ Desprecio a l@s mayores, l@s ancian@s.

­ Mercantilización de la niñez.

­ Criminalización de la juventud.

­ Privatización de la enseñanza media superior y superior.

­ Desmantelamiento del sistema educativo primario y secundario.

­ Desmantelamiento de la seguridad social.

­ Destrucción y reconstrucción de las condiciones laborales, para volverlas al tiempo de Porfirio Dí­az.

­ Arrinconamiento del comercio ambulante y asfixia del pequeño y mediano comercio; para beneficio del gran capital co-mercial extranjero.

­ Desprecio y represión contra la diferencia sexual, inclusive dentro de la izquierda.

­ Autismo perverso de los grandes medios de comunicación.

"El hambre tumba, pero la dignidad indí­gena levanta", nos dijo una mujer indí­gena, jefa de los kumiai.

En México se trabaja para no morir y se muere en el trabajo.

V. Somos quienes somos

El cuerpo principal de la Otra Campaña son indí­genas, jóvenes y mujeres. Trabajador@s del campo y la ciudad, tod@s ell@s.

En el norte encontramos a Oaxaca en los triquis, mixtecos y zapotecos; y también a kumiais, kiliwas, kukapás, tohono o'odham o papágos, comca'ac o seris, pimas, yaquis, mayos yoreme, rarámuris, caxacanes, coras, wixaritari, kikapús, maskovos, teenek, pames, nahuas, chichimecas, tepehuanos, guarijios.

En los pueblos, tribus y naciones indí­genas del norte es más frecuente y natural encontrar a mujeres como jefas, dirigentes y lí­deres.

"Queremos seguir siendo lo que somos", nos dijo una indí­gena rarámuri. Y lo podrí­a haber dicho un joven, una jóvena, una mujer.

"Que camine la voz, para darle fuerza a este mundo", dice la mujer, joven e indí­gena en el norte de México.

VI. Abajo, un corazón se conoce

La lucha anticapitalista no nace con la Sexta Declaración y la Otra Campaña; ha seguido y sigue muchos caminos en organizaciones polí­ticas, sociales, no gubernamentales, pueblos indios, colectivos, grupos, familias e individuos.

La Sexta y la Otra han sido el llamado a encontrarnos, conocernos, respetarnos, unirnos.

Y se logró.

Ahora debemos todos, todas, responder como la Otra Campaña quiénes somos, dónde estamos, cómo vemos México y el mundo, qué queremos hacer y cómo lo vamos a hacer.

Por eso estamos invitando a la consulta interna del 4 al 10 de diciembre de este año.

La Otra Campaña no es otra lucha abajo, es la de cada quien, pero tendiendo otros lazos, los de la solidaridad y el apoyo, los del mismo dolor e idéntica rebeldí­a, los del respeto, los de las diferencias conociéndose y reconociéndose.

El Otro México empieza abajo. Y no termina hasta que se rehaga, porque falta lo que falta.

La Otra Campaña se hace Otra frente al arriba y a sus espejos. No vamos a confluir ni a unirnos. Quienes se oponen a Calderón desde arriba no buscan un cambio de paí­s, sino llegar al Poder. Quienes nos oponemos a Calderón desde abajo, estamos en contra de todo lo que allá arriba simula ideas y practica desprecios.

El oficial será derrocado, y el "legí­timo" también, y lo mismo el nombre que tome quien suponga que todo volverá a ser igual y que de arriba se decide por y contra lo de abajo, para administrar la misma pesadilla que padecemos.

Este paí­s está lleno de esquinas, de rincones. De ahí­, y no de los palacios, de las sedes de gobierno y búnkers de la clase polí­tica, saldrá, crecerá y será otra alternativa.

Todo el paí­s vive en una cárcel, pero hay cárceles que parecen y son prisiones. Por eso la lucha por la presentación con vida de los desaparecidos, la libertad para l@s pres@s de Atenco, y ahora de Oaxaca, deben ser parte de una campaña nacional.

Junto a esto, se pueden levantar movimientos nacionales contra las altas tarifas eléctricas, la defensa y protección del medio ambiente y la promoción del co-mercio ambulante y pequeño comercio, así­ como el boicot al gran comercio.

Como zapatistas llamamos la atención sobre lo que tienen de aporte la luchas anticapitalistas de grupos y colectivos anarquistas y libertarios en su autogestión.

En Chihuahua nos platicaron de los tlatoleros, los mensajeros indí­genas que recorrí­an los pueblos invitando a levantarse contra el virreinato. De una u otra forma, hemos sido y seremos eso.

Mientras quienes miraron hacia arriba vuelven a lo cotidiano y al tema de moda, la Otra Campaña se mira a sí­ misma, se define, se prepara.

Arriba miran, hablan y preguntan por el 2012. Abajo la Otra Campaña seguirá preguntando quién y qué en el Programa Nacional de Lucha, después el cómo y cuándo. Entonces el calendario de arriba será roto y seguirá otro de abajo y a la izquierda.

Llegó la hora. Seremos lo que somos, pero otros mejores.

Hay que despertar.

Subcomandante Insurgente Marcos.

Comisión Sexta del EZLN.

Delegado Zero.

México, diciembre de 2006.

P.D. En el cuartito sin ventanas de Sombra, sólo el reloj permite distinguir al dí­a de la noche. Ahí­ siempre es madrugada. Sombra se prepara ahora para volver a las sombras que lo nacieron y lo alimentan. Hace cuentas y recuentos. Se acomoda de nuevo el corazón rompido y lleno de cicatrices y remiendos. Leva anclas, despliega velas. Otro paí­s lleva pegado en los pies, en la piel, en los oí­dos y en la mirada. Lleva un dolor y una rabia que no cabe en las palabras de todas las lenguas. En las montañas del sureste mexicano, en el moreno corazón colectivo que manda, espera una respuesta que ya conoce desde hace siglos: hay que amanecer, como de por sí­ amanece, es decir, con dolor y con rabia. Sombra sabe lo que escuchará de la morena montaña que
lo guí­a. Dando alivio al dolor y esperanza a la rabia, en lengua ancestral dirá: "No preocupas mucho, no tengas pena, que no esté triste el corazón de nuestra Patria, porque todaví­a falta lo que falta".