El gobierno de Calderón, acotado por la derecha: Meyer

El Financiero impreso
Eduardo Ortega
Martes, 5 de diciembre de 2006

Descarta acuerdos con una izquierda agraviada.
Los llamados al diálogo, mediáticos, sólo para llenar el expediente.
El Ejecutivo, más débil que Fox; con el PRI, negociación selectiva.

La idea de que el presidente Felipe Calderón va a rebasar a sus adversarios por la izquierda, como frase es ingeniosa, pero como posibilidad es nula, ya que el futuro inmediato del paí­s está en manos de la derecha, la cual no tiene mucho de ideologí­a pero sí­ mucho en materia de intereses.

En entrevista con EL FINANCIERO, el investigador de El Colegio de México (Colmex) Lorenzo Meyer aseveró que si el panista retoma las propuestas de su principal contrincante en la pasada contienda presidencial del 2 de julio, el perredista Andrés Manuel López Obrador, es porque busca acrecentar su limitado capital polí­tico.

"Calderón Hinojosa llega a la presidencia con apenas el apoyo necesario, no sólo con una ventaja mí­nima sino con sus opositores agraviados, lo cual hará muy difí­cil la negociación. (...) A López Obrador no lo va a tomar en cuenta. Ya ganó y tiene una base tan pequeñita que lo lógico es que la intente expandir", explicó.

De acuerdo con el académico, los llamados al diálogo de Felipe Calderón no son más que simples trámites para llenar el expediente para que no digan que su gobierno no está dispuesto a negociar, porque -puso énfasis- ¿cómo pretende dialogar con la izquierda que es un peligro para México?

"A esa izquierda se le dijo que era un peligro para el paí­s, ahora se le dice que no, que tiene muy buenas ideas, y que en realidad coinciden en mucho. Bueno, si era un peligro no pueden tener ninguna coincidencia, y se coinciden es que no era un peligro."

Luego de la accidentada toma de protesta como presidente, marcada por la incertidumbre y el encono polí­tico, el michoacano arrancó su administración intentando "rebasar por la izquierda" a su opositor izquierdista López Obrador, no sólo con un discurso juarista sino con un plan gubernamental de austeridad que decreta la reducción de su propio sueldo.

"Como frase es ingeniosa, pero como posibilidad es nula", reiteró el analista polí­tico, quien al referirse a las cartas que Felipe Calderón les envió a los lí­deres de izquierda, opinó que "valen tanto como el papel en el que están escritas, ya que es un documento que está hecho para los medios de comunicación para tratar de enmendar esa contradicción", expuso.

Acuerdos, lejanos

En ese sentido, insistió, la supuesta actitud negociadora del nuevo mandatario no es más que un asunto mediático y no polí­tico, por lo que va a ser muy difí­cil alcanzar acuerdos con el Partido de la Revolución Democrática (PRD).

Aunque -apuntó- ésa "puede ser una manera de preparar el terreno para copar a alguien de la izquierda. Es muy difí­cil vivir fuera del presupuesto. La izquierda tiene una parte del presupuesto, algunos gobernadores, presidentes municipales y congresistas, pero no llegó al poder; entonces se facilitará que alguien se salga de la izquierda diciendo si hay coincidencias y tenemos que ser constructivos".

En tanto, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el primer mandatario del paí­s no necesita llamarlos al diálogo ni enviar cartas de coincidencias sino negociar punto por punto, de a cuánto y de a cómo, tanto en términos de recursos como de apoyos polí­ticos recí­procos.

"Éste es un gobierno más débil que el de Vicente Fox. Es un gobierno que va a depender mucho del pasado, es decir, va a depender del PRI, organización polí­tica que representa una historia muy compleja, pero que no representa una historia democrática.

"Entonces tiene que negociar con las dos derechas: la derecha panista, supuestamente democrática, cuya imagen ahora está un poco opacada, y la derecha abiertamente no democrática que es el PRI", sostuvo el investigador del Centro de Estudios Internacionales del Colmex.

"Entre ellas dos van a negociar el futuro de México, entonces lo que me queda como predicción muy simplona es que el futuro inmediato está en manos de la derecha, pero una derecha que puede dividirse. Ahora la derecha no tiene mucho de ideologí­a pero sí­ mucho en materia de intereses, los intereses los pueden mantener unidos", concluyó.