
Así vamos... Reflexiones alrededor de la reducción salarial
Submitted by nadezhda on Jue, 12/07/2006 - 14:07
Juan Castaingts Teillery
Jueves, 7 de diciembre de 2006
El anuncio del gobierno federal en torno a la reducción en los salarios de altos puestos del equipo de gobierno, en gastos de representación, comisiones oficiales, servicios personales, gasolina, teléfonos, etc., es un hecho muy importante que merece ser analizado.
Algunas palabras que destaca EL FINANCIERO (4/XII/2006) del jefe del Ejecutivo, son muy importantes: "Debemos evitar prácticas abusivas que merman considerablemente contra el erario público". Aunque la expresión gramatical no es muy buena, la idea es clara: existen prácticas abusivas que hay que eliminar, y los gigantescos salarios de los funcionarios públicos forman parte de ellas.
El resultado de esta reducción llega a una cifra simplemente fabulosa, que según el gobierno es de 25.5 millardos de pesos (un millardo igual a mil millones). La magnitud de la cifra la ofrece el propio comunicado oficial ya que nos dice que equivale al presupuesto de seis secretarías de Estado; también señala que con ese dinero, se podrían construir entre otras cosas dos mil 500 escuelas preparatorias.
Esta resolución tiene dos aspectos; de un lado es adecuada y necesaria, del otro, corresponde a una severa autocrítica. Es adecuada por lo mismo que dice el propio gobierno: hay que evitar "prácticas abusivas". Es necesaria porque las carencias que tiene México son enormes y 2.5 millardos es una cantidad importante. Es una autocrítica pues indica, sin dejar lugar a dudas, que en el sexenio pasado hubo gastos en exceso de los funcionarios de alto nivel de por lo menos 2.5 millardos anuales.
De hecho, nos dicen que se puede obtener el mismo o incluso, mejor sistema administrativo con salarios menores a los altos funcionarios y con gastos menores de los mismos. Eso implica que en el gobierno anterior, se estaban pagando salarios y generando gastos de por lo menos 25.5 millardos anuales. Salarios excesivos, gastos excesivos. Nótese que durante el sexenio anterior, en el IMSS, en el ISSSTE o en los hospitales de asistencia pública, no sólo había carencia de medicinas básicas, sino carencia de equipo elemental y vital; todo eso mientras los altos funcionarios gozaban de al menos 25.5 millardos en exceso en sus remuneraciones y gastos. Había dinero para resolver muchos problemas vitales y ese dinero se dilapidó. Desde el punto de vista ético esto es criminal; desde el punto de vista económico es un saqueo a la nación.
Multiplíquese los 25.5 millardos anuales por seis años y llegamos a la impresionante cantidad de 153 millardos (alrededor de 14 mil millones de dólares). Con ellos no sólo se pudieron subsanar las carencias hospitalarias sino la construcción de una o más refinerías, iniciar perforaciones profundas en el golfo, etcétera. Nada de esto se hizo y nos dijeron que no había dinero. Se dejó de crecer por carencias de inversión, se importaron innecesariamente productos petroquímicos que se podían haber elaborado aquí, se dejó de dar atención social vital.
Todo indica que el exceso y el saqueo es mucho mayor: tome en cuenta las cámaras, el Poder Judicial, los estados de la República (en donde los salarios de gobernadores y funcionarios son impresionantes). Únicamente estamos hablando de los excesos (saqueo) legales y no de la corrupción. En el sexenio pasado tuvimos el gabinete más mediocre con los salarios más elevados. El exceso de los gastos: ¿Será sólo de 10 por ciento salarial? Muchos pensamos que es mucho más. Si se toma en cuenta todo el Estado (tres poderes federales, más sector paraestatal, más estados y municipios) el dispendio puede ser del doble o, incluso, del triple, no sabemos. La eliminación de este dispendio (saqueo a la nación en términos legales) es indispensable y puede conducirnos a la reasignación de recursos, ahora en términos racionales y veraces, que pueden dar un giro profundo a nuestra situación económica y social.
Requerimos con urgencia un análisis claro y honesto que se haga público. La medida del gobierno actual nos abre los ojos con los dineros públicos. La Cámara de Diputados en la discusión del presupuesto debería tomar en cuenta este hecho vital.
Para finalizar, hacemos un comentario sobre la forma en que tomaron presos a algunos dirigentes de la APPO. Se les cita por Gobernación para la negociación, lo que hacía suponer una cierta tregua, y se les apresa. Espero que se haya procedido conforme a la ley, ya que no se procedió conforme a la razón. El principal elemento de fuerza que tiene toda gobernanza, es la confianza y ahora, después de que el señor secretario logra un "éxito" por el engaño: ¿Quién le tiene confianza?