Toledo, regazo para familiares de arrestados por la PFP

Noticias de Oaxaca

OCTAVIO VÉLEZ ASCENCIO

El pintor Francisco Toledo, se ha convertido en un regazo para los familiares de los arrestados por la Policí­a Federal Preventiva (PFP), la mayorí­a de ellos sin haber participado en los enfrentamientos del lado de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), para contar sus aflicciones y solicitar su ayuda.

Esposos, hermanos, padres e hijos de quienes están recluidos en Nayarit, acuden al IAGO, para hablar con el artista que de obstinado promotor y defensor del patrimonio cultural y natural, ha pasado a convertirse en un activista por el respeto a los derechos humanos.

Una vez que a iniciativa suya se integró hace unos dí­as el Comité de Liberación 25 de Noviembre, para lograr la presentación con vida y la excarcelación de las personas desaparecidas y detenidas en forma irregular, esposos, hermanos, padres e hijos de quienes están recluidos en el penal de mediana seguridad de San José del Rincón, Nayarit, acuden a las oficinas del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), para hablar con el artista que de obstinado promotor y defensor del patrimonio cultural y natural, ha pasado a convertirse en un activista por el respeto a los derechos humanos.

Para mi es verdad lo que cuentaná, dice el pintor, después de escuchar el calvario por el que atraviesa la esposa de un mecánico de motos.

Sin formulismo alguno, Toledo recibe al medio dí­a a la mujer, Verónica Sánchez Cortés, a las puertas del IAGO y la conduce al segundo patio de la vieja casona, donde se encuentra una decena de mesas.

---A ver platí­queme, ¿cómo está su caso?, le pregunta el pintor. Y la mujer, con una recién nacida enrollada al pecho en un rebozo, desgrana su tragedia entre suspiros y sollozos, que hacen rodar varias lágrimas en sus curtidas mejillas.

Mi esposo, Guidir Cervantes Ventura (de 27 años de edad), fue detenido el sábado (25 de noviembre, durante el último choque entre las fuerzas federales y la APPO) nada más porque iba pasando por una de las calles donde estaba el problema. Acababa de salir de la casa con un compañero para probar la moto de un vecino que acababa de componer, pero en la calle de Murguí­a se le paró y ahí­ lo agarraroná, cuenta.

Atento, el artista plástico, escucha lo demás del relato: Su compañero ante tanto gas y al ver a los policí­as que vení­an, se echó a correr pero mi esposo se quedó por la moto. El muchacho (quien iba con él) lo vio cuando lo agarraron, cuando lo golpearon y se lo llevaron sin hacer nada. Fue a avisarme a la casa y de ahí­ empecé a buscarlo, me dijeron que estaba en (el reclusorio de) Miahuatlán, pero después lo pasaron al penal femenil de Tlacolula; fui a verlo pero no me dejaron entrar. Ya luego me enteré que se lo llevaron a Nayarit

La mujer, lamenta el encarcelamiento de su esposo no solamente por ser su compañero desde hace 11 años sino también por la tristeza y abatimiento de sus hijos, sobre todo de dos de los cuatro que tienen. Marí­a, de 10 años, y Yeidckol, de cuatro años. Los demás, Brandon de un año y Oyuki de seis meses, aún no perciben la ausencia del padre.

Todos los dí­as mis hijos lloran por su papá, me preguntan ‘ ¿cuándo vienen?’ Y les digo ‘mañana’, pero pasan los dí­as y todo sigue igualá, señala.

Guidier, con lo poco que percibí­a como mecánico de moto era el único sostén y ante su encarcelamiento, prácticamente la esposa y los hijos han quedado en el desamparo y sin posibilidad de hacer su defensa jurí­dica para lograr su excarcelación.

No tengo dinero para nada; andábamos al dí­a con lo poco que ganaba arreglando motos. Mis vecinos son los que me ayudan para mantener a mis hijos; así­ me la voy pasando. Entonces, si no tengo para comer, menos voy a tener para pagar a alguien que lo defienda. Por eso fui a ver al Padre Uvi (Wilfredo Mayrén, coordinador de la Comisión Diocesana de Justicia y Paz de la Iglesia Católica) y ahora al maestro Toledo, para que me ayudená, agrega.

---Ante lo que está pasando, ¿qué le pedirí­a al presidente Felipe Calderón?, pregunta el reportero.

Entre un caudal de lágrimas, responde:

---Mi esposo no tiene nada que ver, sus hijos lo necesitan. Si algo quiere cambiar que sea justo, que se vaya directo a los culpables y soltar a quienes no tienen nada que ver.

--- ¿Y al gobernador Ulises Ruiz Ortiz?

---La mera verdad no tengo nada en contra de él, pero sus actos no son nada bueno; está dañando a mucha gente. Hay muchos desaparecidos y gente inocente en la cárcel. Con todo ese sufrimiento, lo mejor serí­a que se fuera.

Toledo, se estremece y queda pasmado por el relato. Apenas, puede articular palabra alguna.

Lo que dice es conmovedor, yo creo en las lágrimas de una mujer, aunque suene cursi. Ojalá podamos hacer algoá, dice.