
Diputados Nacos
Submitted by nadezhda on Mar, 12/12/2006 - 19:10
Jorge Alberto Contreras
Me platica un diputado del PRD que, durante la socápelá que provocaron los legisladores panistas cuando tomaron la tribuna del Congreso, abordó a una diputada del blanquiazul para llamarla a la calma y a la prudencia.
Su pretensión, que era la de evitar más escándalo y violencia fue inmediatamente rechazada con las siguientes palabras: No se dan cuenta que hasta con los perros hay clases. Son ustedes unos nacos y no vamos a permitir que pongan en riesgo el gobierno de Calderón
Con expresiones de esta naturaleza se argumentaba la justeza de ocupar el espacio de la más alta tribuna de la nacióná y, con ello, garantizar que se rindiera la protesta del presidente a que obliga la Constitución.
Podría entender que la lucha partidista tan llena de pasión, puede llevar a los ciudadanos a extremos de confrontación en las posiciones políticas; podría explicarme que en una situación tan complicada, como la que se vivió en el interior del recinto de San Lázaro, se agudizan las diferencias; podría asumir, incluso, que es comprensible que la razón, en medio del coraje, pudiera ser nublada.
Pero lo que ahora quiero hacer notar es que la actual polarización va más allá de consideraciones de carácter político. Hay, y de ello debemos preocuparnos, elementos cada vez más notables de clasismo y de racismo.
Revísese, tan sólo por curiosidad, algunos de los sitios en la Internet, en donde se combate al PRD, a la izquierda y se verá que, casi sin excepción, se resalta un sentimiento de racismo: indios, nacos, pelados, son algunos de los adjetivos con los que se pretende identificar a los perredistas o a todos aquellos que durante la campaña se sumaron a la campaña de López Obrador.
A mí, personalmente, una señora, con domicilio en una de las colonias mejor urbanizadas de la Ciudad de México, me envió una carta a mi oficina, en donde me decía --recuerdo muy bien--, que podríamos ser muchos y que podríamos, igualmente estar en todos los estados, pero que nunca podríamos tener ni la clase ni el estilo de la gente decente
Hay en estas expresiones, no sólo excesos, de algunos cuantos en el calor de una disputa electoral. No, no es sólo esto, sino que se ha incubado en una parte importante de la población una visión claramente segregacionista y discriminatoria y sin duda a ello ha contribuido, de manera significativa, la extrema polarización social y económica.
México, está claro, es un país en donde la pobreza es un asunto verdaderamente delicado, pero sobre todo es un país peligrosamente desigual. Esto debiera ser alarmante para todas las autoridades y para la sociedad en su conjunto y contrario a minimizarlo debiera ser indispensable combatirlo con energía y sin concesiones.
La lucha política ha devenido, por la acción irresponsable de unos cuantos, en una confrontación racista. Este ingrediente se ha agregado a la delicada situación nacional.