IP y PAN se beneficiaron del escándalo: Lydia Cacho

Para la periodista ha sido un año difí­cil, asegura que es en el que más ha llorado

Selene Rí­os Andraca
La Quinta Columna

La iniciativa privada y el Partido Acción Nacional fueron los principales beneficiados del escándalo Marí­n-Nacif, pero es culpa del gobernador Mario Marí­n Torres –no de ellos–, quien en aras de conservar el poder, cedió poder polí­tico y económico, consideró la periodista Lydia Cacho Ribeiro.

A un año de su detención y de su tortura, Lydia Cacho asegura estar cansada y triste por el recuento del 2006, año en el que quedó evidenciado el contubernio entre el gobernador, la procuradora Blanca Laura Villeda y el empresario Kamel Nacif para aprehender a quien en Los Demonios del Edén reveló una red de polí­ticos que protegieron al pederasta confeso Jean Succar Kuri y su negocio de pornografí­a infantil.

En entrevista con CAMBIO, Lydia Cacho criticó la lentitud de la Procuradurí­a General de la República (PGR) para aprehender a aquellos que participaron en su detención, entre ellos el mandatario poblano, pese a las pruebas fehacientes entregadas en la Fiscalí­a.

Estoy cansada, un poco triste en estos dí­as, haciendo un recuento de los daños que son muchos, también un recuento de logros. Hemos podido tener un termómetro muy claro de los niveles de corrupción de impunidad que viven aquellos que participaron en mi detención y mi tortura. Es cuestionable la lentitud de la PGR para consignar a los personajes que cometieron delitos, de quienes hemos presentado pruebas sólidas

Lydia Cacho está segura que el próximo año seguirá su batalla contra las autoridades poblanas y confí­a que el Congreso del estado, a través del Órgano de Fiscalización Superior, finque responsabilidades contra la administración marinista por los recursos públicos invertidos en levantará la imagen del mandatario, en la defensa jurí­dica y en sus acercamientosá con la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Un año difí­cil: donde abundaron las grabaciones y las amenazas. Este año ha sido el que más he llorado en mis 43 años de vida, y que es una medida bastante realista. Me ha quedado claro que lo que sigue es un año de una batalla parecida. En la que tenemos que cuidarnos y seguir luchando, aunque sigan usando a las victimas para descalificar el caso. Algo realmente sorpresivo y bueno fue que la Suprema Corte determinó buscar elementos indiciarios para seguir investigando a Mario Marí­n, a pesar de lo que Marí­n diga en su estado y aunque trate de aliarse con la Corte. A pesar de todo, Mario Marí­n ha superado sus propios niveles de corrupción, no olvidemos la utilización de recursos públicos para defenderse ante la Suprema Corte y ante la Procuradurí­a General, medrando con los recursos de los poblanos, pero eso lo veremos en unos meses, porque saldrá en la cuenta pública y lo veremos en el Congreso del estado. En términos generales me alegra que el tema de la pornografí­a infantil esté hoy sobre la mesa de discusión pública, así­ como los niveles de corrupción a los que puedes llegar los polí­ticos

Felipe Calderón tiene que cumplir una promesa: detener la corrupción de Mario Marí­n, dijo Lydia Cacho, sólo espero que tenga respeto por la sociedad poblana, a la que le prometió investigar a Marí­n y sancionarlo por el daño que habí­a hecho. También veamos que hace Medina Mora, vamos a ver si da la talla para el cargo y para lo que el paí­s espera de él

– ¿Cuál serí­a tu evaluación? ¿Quién ganó, quién perdió? ¿Polí­ticos, empresarios?– se le preguntó a Lydia Cacho.
–El empresariado ganó al darse cuenta del control polí­tico que podí­a tener sobre el estado, hay quienes siguen criticando al gobernador y quienes se han quedado callados. Creo que salió ganando la sociedad poblana, por su voz extraordinaria...
– ¿Polí­ticamente?
– Salió ganando el PAN, pero por culpa de Marí­n no por culpa del PAN, por manchar a su partido al vender la justicia, por dos botellas de cogñac y arriesgar la vida de una periodista.

Inicia la pesadilla.
Es un dí­a nublado en Cancún, la calle luce solitaria. Es 15 de diciembre y es casi la una de la tarde, cuando Lydia Cacho arriba a sus oficinas del Centro Integral de Atención a Mujeres (CIAM) y es interceptada por tres agentes de la Policí­a Judicial del Estado de Puebla, quienes le informan que está detenida por el delito de difamación y calumnias en contra del empresario Kamel Nacif.

Lydia Cacho sube al cavalier de los judiciales y tras él una camioneta Jeep-Chrysler con placas TTJ3750 y sigue al automóvil donde va Lydia Cacho, fuentes consultadas por CAMBIO –de acuerdo a la publicación del 22 de mayo– el segundo vehí­culo corresponde a una de las empresas de Kamel Nacif.

Lydia Cacho es trasladada a la Procuradurí­a de Quintana Roo, en la que el médico legista, dictamina que Lydia Cacho no puede viajar debido a una pulmoní­a crónica.

Sin embargo, los judiciales aprehenden a Lydia para comenzar el traslado de la periodista desde el sureste del paí­s hasta la capital poblana. 20 horas duró el viaje, en el cual, declaró la periodista, los judiciales José López Montaño y Juan Pérez Vargas la amenazaron de muerte y de ahogarla en un lago de Campeche.

Eran las 10 y media de la mañana cuando Lydia Cacho arribó a la Procuradurí­a General de Justicia del Estado de Puebla. La entonces senadora Lucero Saldaña la esperaba en las oficinas de Adolfo Káram, entonces director de la Policí­a Judicial.

Durante una breve entrevista con la senadora –en las oficinas de Adolfo Karam, quien estuvo presente– Lydia Cacho acusa a los judiciales de haberla amenazado y amedrentado. Lydia llora en la oficina de Káram. Lucero Saldaña la consuela y le promete que nada le ocurrir (CAMBIO, 12 de junio de 2005).

Minutos más tarde fue trasladada al Centro de Readaptación Social (Cereso) San Miguel en Puebla, donde permanece cuatro horas y por el apoyo que recibió de una custodia, es encarcelada sola en una celda.
Para liberarse, Lydia Cacho pagó una fianza de 70 mil pesos, 60 por ciento más de la cuota normal de acuerdo a los delitos de los que estaba acusada.

Al otro dí­a, Adolfo Káram Beltrán aseguró que la detención de Lydia Cacho nunca representó un riesgo para la integridad de la periodista, y que la corporación policiaca que él dirige simplemente cumplió las órdenes del juez. Hay que puntualizar ciertas cosas. Para la detención no se montó ningún operativo, como dice la señora, ni representó riesgo. Una detención no tiene que representar riesgo. Que manejen que se le incomunicó, no es verdad. Ella hizo dos llamadas desde un teléfono de los agentesá–aseguró Adolfo Káram.

Por su parte, Blanca Laura Villeda Martí­nez, titular de la PGJ, aseguró que Lydia Cacho es una mentirosa, luego de que la periodista dijo que sus derechos humanos fueron infringidos durante el traslado desde Cancún, Quintana Roo, hasta Puebla.

Al preguntársele a Villeda Martí­nez si actuaron –como lo señaló Cacho– sin cuidado de los derechos humanos de la periodista, la procuradora lamentó las declaraciones de la escritora de Los demonios del Edén. En todo momento se respetó su integridad, sus derechos humanos. Creo que son comentarios que ella hace como una forma de defensa para buscar precisamente el apoyo de estos organismos.

Lástima que actúe de esta manera para buscar el apoyo y no actúe con la verdad. No se le atentaron en nada sus derechos humanosá, aseguró.

Para el 22 de diciembre, la detención de Lydia Cacho ya era un escándalo nacional e internacional, sin embargo, el gobernador declaró que la detención de Lydia Cacho ya la habí­a explicado hasta el cansancioá y que para él es un asunto cerrado Además señaló que desde su punto de vista, Cacho era una delincuente:
es una delincuente y si no que lo demuestre En una entrevista con medios locales, Mario Marí­n sentenció:

En Puebla se respeta la Ley, no hay impunidad contra nadie, y a la persona que comete un delito se llama delincuente, para mí­ es un delincuente o una delincuente que cometió un delito

En una entrevista con CAMBIO (publicada también en Reforma), Kamel Nacif admitió el apoyo de Mario Marí­n, para generar una orden de aprehensión en contra de Lydia Cacho, por supuestas calumnias y difamación en su agravio. "Le pedí­ al señor gobernador (de Puebla) de que esta señora me está calumniando, así­, así­, y él me dijo: aquí­ no se calumnia a nadie, y ¡pum! que le dictan la orden de aprehensión " ¿Por qué esta señora dijo en un programa de televisión que yo tení­a 100 denuncias de acoso sexual de costureras?...Pues chingaos, qué malos gustos tengo yo".

El 23 de diciembre, justo el dí­a en que Kamel Nacif admite que fue apoyado por su amigo Mario Marí­n, la juez quinto de lo penal, Rosa Celia Pérez González, declaró el auto de formal prisión en contra de Lydia Cacho.