
Monsanto y autoridades pretenden aprovecharse de la crisis de la tortilla
Submitted by nadezhda on Jue, 01/18/2007 - 06:28
De Greenpeace
La liberación de semillas y otros productos genéticamente modificados abre una enorme incertidumbre por sus posibles impactos sobre la biodiversidad, la soberanía alimentaria y la salud humana. Pese a ello, las autoridades mexicanas han permitido la libre importación de estos productos, lo cual ha provocado en algunas regiones la contaminación transgénica de los cultivos de maíz. De estos temas se ocupa la campaña de Transgénicos.
Ciudad de México, México – En el marco de la crisis de la tortilla, la trasnacional Monsanto quiere llevar agua a su molino, promoviendo sus maíces transgénicos como solucionesá y aprovechando la complicidad de algunos funcionarios, advirtió Greenpeace.
A la errónea decisión de incrementar las importaciones de maíz procedentes de Estados Unidos, ahora se suma el hecho de que Alberto Cárdenas, secretario de Agricultura y promotor de transgénicos, ha comenzado a hacer afirmaciones sin sustento científico para impulsar la siembra de los maíces transgénicos en México. Y al lado del funcionario, Monsanto aprovecha la actual crisis en el precio de la tortilla para nuevamente presionar para que se aprueben sus solicitudes para sembrar maíz transgénicos en nuestro país, centro de origen y diversidad de dicho grano.
Los beneficios que promete Monsanto son falsos, los ha venido repitiendo desde hace 20 años con la intención de imponer en nuestro país su tecnología patentada. Pero lo más grave es que el secretario Alberto Cárdenas los repita y se comporte como agente de ventas de esa empresá, dijo Areli Carreón, de la campaña de transgénicos de Greenpeace México.
Estas son las falacias con que Cárdenas y Monsanto buscan engañar para impulsar la siembra de transgénicos:
1. Las semillas transgénicas aumentarán rendimientos y abastecerán el mercado de maíz
REALIDAD: La actual crisis de los precios es provocada por la especulación, pues la producción de maíz en México es suficiente: en 2006 México produjo 22 millones de toneladas de maíz blanco, de las que por lo menos 2 millones eran excedentes. Por el contrario, un reporte de 2006 del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos reconoce que los rendimientos de los transgénicos no son mayores a los de las variedades híbridas convencionales; diversos estudios demuestran que bajo condiciones de sequía los transgénicos presentan rendimientos muy bajos y requieren una gran cantidad de agroquímicos tóxicos.
2. Para producir más se requieren semillas transgénicas
REALIDAD: El problema no son las semillas, pues para producir más se requiere inversión en la infraestructura de riego, el uso de variedades de maíz adaptadas a las distintas condiciones de suelo y clima y un programa de apoyo técnico y financiero a los productores. Además, las semillas transgénicas requieren condiciones de producción que NO se dan en la mayor parte del territorio nacional, como son la siembra en grandes superficies planas e irrigadas, con alta tecnificación y capacidad de inversión en todo el paquete tecnológico.
3. Se requieren semillas transgénicas que resistan plagas y cambios climáticos
REALIDAD: En el mundo sólo existen tres tipos de transgénicos a escala comercial: los que producen insecticida Bt para insectos lepidópteros y el gusano de raíz; los que toleran mayores cantidades de herbicida y los que presentan ambas modificaciones. Los transgénicos NO son semillas mágicas: no controlan todas las plagas y de hecho, ni siquiera son viables bajo las condiciones de producción características de México. De acuerdo con el estudio "Maíz y Biodiversidad", ninguno de los transgénicos existentes resuelve los problemas del campo mexicano ni responden a las necesidades más urgentes de los campesinos mexicanosá. No existe un sólo transgénico comercial que resista a la sequía o que responda a los cambios climáticos. Las semillas mejor adaptadas para tolerar sequías, cambios del clima y estrés ambiental son precisamente las variedades nativas de maíz, del que nuestro país es centro de origen y biodiversidad, de ahí la urgencia de proteger esta riqueza genética libre de riesgos y libre de patentes corporativas.
De acuerdo con el doctor Antonio Turrent, del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, México tiene potencial para producir hasta 40 millones de toneladas anuales sin utilizar transgénicos, ni poner en riesgo las variedades locales y garantizando la soberanía alimentaria.
Los transgénicos son rechazados en México porque se desconocen qué efectos nocivos pueden tener en la salud de los consumidores y en el medio ambiente, porque su uso pone en inminente riesgo de contaminación a las variedades mexicanas, porque crea dependencia alimentaria de nuestro país hacia corporaciones extranjeras como Monsanto, ADM y Cargill, y porque significa un mayor empobrecimiento de los campesinos mexicanos. Antes que promover los negocios de estas transnacionales, el secretario Cárdenas debe proteger los intereses y el patrimonio de los mexicanosá, afirmó Carreón.