Rosa Albina Garavito: Como en los viejos tiempos

Del Universal en linea del 31 de marzo del 2007

L a aprobación a las reformas a la Ley del ISSSTE y el decreto mediante el cual se acuerda desaparecer la Fiscalí­a Especial para Movimientos Sociales y Polí­ticos del Pasado (Femospp) son hechos que ilustran la permanencia de la polí­tica antidemocrática en el paí­s. En el primer caso por la aplicación del apresurado mayoriteo en el Congreso de la Unión, y en el segundo por el espaldarazo que el gobierno de Calderón otorga a la decisión de Vicente Fox de dejar trunca la investigación realizada por la mencionada fiscalí­a, con la simulación que ello implica.

Si algunos piensan que las reformas a la Ley del ISSSTE tienen el mérito de destrabar las llamadas reformas estructurales -y parece que el presidente Calderón es el primero en tener esa valoración- y con ello iniciar una nueva etapa en la relación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, habrí­a que decirles que han caí­do en un profundo error. Más que una nueva etapa en esa relación, se estarí­a repitiendo la que prosperó en el gobierno salinista, cuando el Poder Legislativo no era más que la ventanilla de trámites del Ejecutivo. Repetir 15 años después el mismo esquema del mayoriteo para reformar la vida institucional del paí­s es un indicador del estancamiento polí­tico en el que nos encontramos.

Y un presidente que llega al poder con una elección que no aportó la certidumbre necesaria sobre su triunfo no puede darse el lujo de operar como en los tiempos del viejo régimen de partido de Estado. Reproducir en los actos de gobierno el desfase entre legalidad y legitimidad con el que asumió el poder es apostar a la fuerza pero no a la polí­tica. Y esas apuestas terminan en un profundo desgaste polí­tico. ¿Tan fuertes son los compromisos con poderes fácticos como el de Elba Esther Gordillo, que no hubo espacio para discutir y consensar las reformas a la institución que tendrí­a que garantizar la seguridad social de los trabajadores públicos?

La reforma a la Ley del ISSSTE tiene consecuencias que no se reducen al hecho de condenar a los trabajadores a una pensión de miseria, o a los costos de privatizar el sistema de salud mediante las subrogaciones, sino que también suscribe el apoyo gubernamental al modelo del sindicalismo corporativo del viejo PRI, representado en este caso por el SNTE. Ello no es una novedad, pues también el gobierno de Vicente Fox prefirió refuncionalizar esa columna del viejo régimen para seguir gozando del control social de los trabajadores, antes que impulsar la modernización y democratización de las relaciones laborales.

La diferencia es que Felipe Calderón repite la experiencia, pero sin el bono democrático y la popularidad con los que Fox inició su mandato, de manera que el gobierno de Calderón tendrí­a que ser muy cauteloso sobre los costos polí­ticos de este tipo de medidas. Otra diferencia importante entre ambos casos es que cada dí­a es más evidente que, enganchado en el viejo modelo sindical y laboral, México está perdiendo el tren de la globalización frente a la sólida competitividad de otras economí­as. ¿Repetir viejos esquemas es la modernidad que ofrece Felipe Calderón? ¿Así­ quiere construir un paí­s de "ganadores"?

Por su parte, y después de los bombos y platillos que acompañaron la creación de la Femospp por orden presidencial, cinco años después se decreta su extinción por órdenes de una autoridad secundaria, y sin ofrecer explicación alguna a la sociedad sobre las razones de la medida.

Es probable que todas las fiscalí­as especiales estén condenadas al fracaso, pues efectivamente la PGR tendrí­a que ser la instancia para integrar las averiguaciones correspondientes y consignar a los presuntos culpables; lo cierto es que el hecho de que el gobierno de Felipe Calderón no se haya pronunciado sobre el futuro de esas indagatorias indica que le tiene sin cuidado la impunidad en la que quedan los responsables intelectuales y materiales de desapariciones, torturas y asesinatos.

Con el agravante de que el mensaje de impunidad que se enví­a ahora es peor que el existente antes de la creación de la Femospp, pues la omisión se convierte en franca claudicación del Estado para impartir justicia. ¿Otro pago de facturas del gobierno de Calderón al prií­smo?

Consejera nacional emérita del PRD