El problema no es la honorabilidad, el problema es el millón

Recibí­ una copia del trabajo Elecciones y Certeza, realizado por el matemático Martí­n Hardy Botton y el ingeniero en sistemas electrónicos Gerardo Horvilleur Martí­nez No voy a repetir acá todos los datos que este estudio contiene, pues muchos de ellos los hemos comentado ya varias veces (hacen referencia a varios de los puntos mencionados por el Dr. Luis Mochán; en caso de que no lo hayan hecho ya, los invito a visitar su análisis Elecciones presidenciales, México 2006 ¿Anomalí­as en el PREP?, o a ver los videos que grabamos en su presentación en Cuernavaca el 21 de julio.
El trabajo de Hardy y Horvilleur se me hizo interesante pues una vez más parte de una medición estadí­stica, y presenta las conclusiones de manera que cualquiera de nosotros puede entender. El formato, sin embargo, en que fue preparada no se me hace óptimo, por lo que resumo a continuación algunos de sus puntos principales.
Partiendo de que el Artí­culo 41 de la Constitución nos garantiza que (...) En el ejercicio de esta función estatal, la certeza, legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad serán principios rectores.":

  • La Real Academia Española define certeza como:
    1. Conocimiento seguro y claro de algo
    2. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar
  • La Real Academia Española define seguro como:
    1. Cierto, indubitable y en cierta manera infalible
    2. No sospechoso

Nos han repetido hasta el cansancio el argumento falso de que No se puede dudar de la honorabilidad de un millón de mexicanos. La respuesta que propone este artí­culo es simple: El problema no es la honorabilidad, el problema es el millón.
La desconfianza se resume en la precisión del instrumento empleado. Cito: Todos los instrumentos tienen un lí­mite en la precisión de sus mediciones (no podemos medir centésimas de milí­metro con una cinta métrica). Todos los instrumentos tienen errores de medición. Esto limita su precisión: no se puede medir algo con una precisión menor al error.
Los medios nos han presentado al conteo del IFE como un proceso en el que no puede haber errores de medición - pero esto es falso. Es un proceso donde se pueden presentar errores aritméticos, de captura, o incluso errores por falta de uniformidad en la aplicación de criterios (por ejemplo, respecto a cuándo un voto es considerado válido y cuándo es considerado nulo).
Un procedimiento puede ser seguido al pie de la letra y uniformemente con un número limitado de personas - 10 personas pueden hacerlo. 100 personas bien capacitadas probablemente puedan hacerlo. Es muy difí­cil que 1000 personas lo hagan de manera coherente - y es imposible que 1,000,000 de personas lo haga. Los criterios que fueron aplicados para decidir cuándo un voto serí­a tomado por nulo no fueron exactamente los mismos en todas las casillas.
La precisión estimada del IFE (y esto es algo que nos lo hizo saber el mismo IFE desde el mes de junio) es, siendo conservadores, de unos cuatro votos por casilla - Esto significa que, con 130,000 casillas, el error de medición es de 520,000 votos, por lo cual el márgen de error al arrojar un resultado es -como caso extremo- de 1,040,000 votos (el márgen de error es la banda de posibilidades que se abre - Si todos los votos contabilizados erróneamente favorecen a un candidato, tendrá 520,000 más votos a su favor de lo que la realidad sustenta, en tanto que si todos los votos erróneos son en su contra, perderá 520,000 votos - Se presenta una variabilidad de poco más de un millón de votos). Cito, nuevamente: No tiene ningún sentido hablar de una diferencia de 244 mil votos porque el instrumento con el cual se hizo la medición no es tan preciso. O lo que es lo mismo, no podemos esperar que con una regla de madera, de las que usan los maestros de primaria para explicar geometrí­a en el pizarrón, reportemos diferencias de décimas de milí­metro.
El trabajo continúa mucho más allá de lo que aquí­ reseño, fundamentando con hechos, números y mediciones la tesis de que hubo manipulación de los resultados - Invito a ustedes a leerlo y formar su propia opinión. Sin embargo, los argumentos que a mi entender son más importantes son los que aquí­ reproduje.