Reproduzco esta nota de la versión impresa de El Financiero; el artí­culo no está disponible en la versión electrónica. No estoy seguro si catalogarlo como noticia, pues es un hecho de dominio público desde hace varios meses ya, pero Derbez se reservó su silencio muy convenientemente hasta después de las elecciones.

Fracaso en el tema migratorio

El canciller Luis Ernesto Derbez reconoció que el gobierno de Vicente Fox fracasó en el tema migratorio y será uno de los grandes pendientes que deberá enfrentar la siguiente administración. Mientras, alcaldes estadounidenses exigieron al Congreso promover una amplia reforma migratoria y censuraron las medidas impuestas por Bush en la frontera con México porque agravan los problemas.
El canciller Luis Ernesto Derbez reconoció que el problema de los poco más de cinco millones de migrantes mexicanos en Estados Unidos y de los que cada año arriesgan la vida en busca del llamado "sueño americano", será uno de los temas pendientes que la administración del presidente Vicente Fox dejará al próximo gobierno.
Aunque el funcionario se dijo "satisfecho" por la labor que ha realizado al frente de la Secretarí­a de Relaciones Exteriores (SRE), a la que llegó el 15 de enero de 2003 luego de la renuncia de Jorge Germán Castañeda, ayer en conferencia de prensa aceptó que el principal asunto que deja inconcluso la dependencia, a escasos tres meses de que termine el sexenio, es la aprobación de una reforma migratoria integral en el Congreso de Estados Unidos.
Eso, dijo, será lo que seguiremos impulsando hasta el final de esta administración, y esperemos que se logre algo, pero si no es así­, será un tema que dejaremos al próximo gobierno, con la gran ventaja de todo el trabajo, los contactos y el cabildeo que hemos hecho.

Apuesta

Alcanzar un acuerdo migratorio con la Casa Blanca fue la mayor apuesta del gobierno foxista en el ámbito externo, "la enchilada completa", como la llamó el entonces canciller Castañeda, la cual tendrí­a "cuatro patas":
Regularización de más de cinco millones de indocumentados en EU; un programa de trabajadores huéspedes; ampliación de visas, y la inversión en zonas expulsoras de mano de obra y seguridad fronteriza.
Pero todo concluyó en un fracaso, que Castañeda quiso achacar a los ataques terroristas de septiembre de 2001, cuando la propuesta ya habí­a sido rechazada por el Congreso estadounidense y diversos sectores.
En mayo, el senado de EU aprobó el proyecto de ley que regularizarí­a a siete millones de indocumentados que comprueben más de cinco años de residencia, pero avaló el despliegue de seis mil miembros de la Guardia Nacional, así­ como la construcción de 600 kilómetros de muro y vallas en la frontera con México, en una decisión eufóricamente calificada por el presidente Vicente Fox como "histórica".
La Cámara de Representantes se prepara para retomar el 7 de septiembre, tras cinco semanas de receso, el debate para reformar las leyes migratorias, pero se prevé que sea hasta después de las elecciones intermedias de noviembre cuando pueda avanzarse.

Y, pese al fracaso, las baterí­as del gobierno siguen enfocadas en su gran lucha -de ellos, no de nosotros- de dar la pinta de ser un paí­s estable y atractivo a la inversión extranjera para encontrar mano de obra barata, miserable. De destruir a la pobre industria local, de seguir expulsando pobres. Sí­, cientos de miles (siendo conservadores) de mexicanos al año que anualmente deciden que en este paí­s lo único que tienen garantizado es una tumba para ellos y para su familia, y que hoy se han convertido en la segunda fuente de divisas del paí­s, únicamente por debajo del petróleo, y con un crecimiento en su importancia porcentual para la viabilidad(?) de nuestra economí­a sencillamente apabullante...
¡Sigamos por este camino, para que mañana México sea mejor que ayer! ¡Para que la capital del paí­s se traslade a Los Ángeles o San Antonio!