He leí­do y escuchado ya cómo en diversos medios hacen eco de las declaraciones de Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, publicadas el martes en el periódico Dallas Morning News. Dice Ortiz que "México necesita de su gente, y (una polí­tica migratoria estricta por parte de los Estados Unidos) incentivará a México a crear las fuentes laborales que requiere". Dice que las medidas que están a discusión actualmente en el senado estadounidense, como la creación de un muro fronterizo, "no serán del todo malas. Ciertamente, a largo plazo serán positivas".
Claramente, Guillermo Ortiz está mezclando para realizar su diagnóstico las causas y las consecuencias. No es que los mexicanos migren a Estadoas Unidos porque es muy fácil cruzar la frontera - Este cruce es una verdadera hazaña, y muchos miles de personas han muerto en el camino. Aumentar la seguridad fronteriza tendrá, en mi opinión, consecuencias muy menores. Sin embargo, el mantener a los mexicanos en México no es lo mismo que darles trabajo - Aunque lo inverso sí­ es cierto. Si hubiera suficientes trabajos, decentemente remunerados y capaces de brindar dignidad humana, en nuestro paí­s, la migración ilegal masiva a los Estados Unidos no existirí­a. Al igual que sostener firmemente la cola de un perro no le quita la felicidad (sólo le hace un poco más penoso expresarla), poner otro obstáculo más en el camino de los mexicanos no hará que las erróneas polí­ticas económicas en nuestro paí­s cambien, que tengamos una verdadera generación de empleos, y una mayor viabilidad como paí­s.