Un ejemplo de abuso a migrantes

No es nuevo para nadie el que en nuestro paí­s exigimos el respeto a nuestros migrantes en Estados Unidos, pero somos capaces de las mayores violaciones a los derechos humanos de los migrantes de Centro y Sudamérica que cruzan por nuestro paí­s, casi siempre buscando llegar -al igual que tantí­simos mexicanos- a los Estados Unidos. Y más aún a partir de los atentados del 11 de septiembre del 2001, en que el gobierno de Estados Unidos exigió una frontera segura a partir del Suchiate. Pero aún sabiéndolo, relatos como éste (publicado en el periódico tamaulipeco En Lí­nea Directa) siguen sorprendiéndonos. Lo reproduzco aquí­ para que tenga mayor difusión, para que posiblemente la opinión pública empuje a Nextel, una empresa de peso y con reconocimiento, a separarse definitivamente de Vepsa.

Nextel y Vepsa abusan de migrantes
Sin comida, sin dinero y amenazados por contratistas y empresa
Hugo Reyna /Enlineadirecta
Reynosa, Tamaulipas....La empresa transnacional Nextelá y Vepsá, ésta ultima dedicada a la renta de servicio de seguridad a la empresa de telefoní­a y radio-satelital, son demandados por un grupo de migrantes que fueron objeto de abusos y la falta del pago de sus sueldos, luego de haber trabajado por espacio de semanas, ante condiciones humillantes y vejantes.

Luis Felipe Alpudia Contreras, ofreció a Enlineadirecta.Infoá un testimonio, respecto a las condiciones deplorables en las cuales estaban trabajando, cuidando los intereses de la empresa telefónica y radio Nextel

Fuimos contratados por la señora Lucí­a Barrera Jiménez, ella nos contrató en la Plaza Principal, nos pidió algunos documentos y fuimos empleados para de inmediato ser trasladados a las estaciones, en donde se encuentran las plantas de microondas y antenas en la carretera a Monterrey.

Nos dejaron con: tres latas de atún, un paquete de galletas saladas, una lata de sardinas, pero sin agua, ni otros alimentos, mismos que según ellos, serí­an suficientes para los 15 dí­as que tuvimos que estar acampados, cuidando las instalacionesá, dijo, Alpudia Contreras.

Indicó, que en lo personal en varias ocasiones al paso de los dí­as, trataron de hablar con la señora Lucí­a Barrera Jiménez, quien se ostentaba con el cargo de supervisorá de la empresa Vepsá que brinda los servicios de seguridad en las oficinas comerciales de Nextel

Sin embargo, los intentos fueron infructuosos, pues no lograron comunicación con ella, posteriormente acudieron a las oficinas comerciales de Nextelá en Plaza Real sobre boulevard Morelos, pero uno de los guardias de Vepsá, la misma con la que ellos trabajaban, los echó, advirtiendoles que no tení­an derecho de cobrar nada.

Ante tal situación, volvieron a regresar a las estaciones y en un acto desesperado para llamar la atención de los directivos de Nextelá, desconectaron las fuentes de microondas y red satelital, lo que provocó que el sistema de servicio de telefoní­a y radio de Nextelá se cayera, esto fue la semana pasada, en que prácticamente durante un dí­a entero estuvo sin operar.

Nos corrieron y amenazaron, diciendo que no debimos haber tocado nada, pero lo hicimos porque no nos hací­an caso, lo que queremos es que nos paguen, tener dinero para regresarnos a nuestras casasá, dijo, en tono apesadumbrado, Luis Felipe Alpudia.

Los migrantes que fueron habilitados como empleados de la empresa Vepsá y también de Nextelá, fueron contratados en la Plaza Pública por Lucí­a Barrera Jiménez, quien no les proporcionó seguro, ni tampoco el pago de sueldos, con excepción de las latas de atún, galletas y una de sardina.