Antes de otra cosa: ¿Qué es el CONEVyT, más allá de un desglose de sus siglas (Consejo Nacional de Educación para la Vida y el Trabajo) Cito de su página de misión:

El CONEVyT es una comisión de carácter permanente con visión sistémica y globalizadora, sin compromiso directo de proporcionar servicios educativos, con fuerza legal e institucional para organizar, coordinar, promover y evaluar programas, mecanismos y servicios de educación para la vida y el trabajo.

El CONEVyT nace con la misión de promover que los instrumentos e instituciones que atienden la educación y la capacitación de los adultos, se articulen hasta conformar un sistema nacional que ofrezca opciones para la educación durante toda la vida y para la capacitación, con base en el apoyo de las tecnologí­as de información, aprendizaje y comunicación.

Depende del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), y busca implementar un esquema de educación para adultos que no concluyeron sus estudios básicos (primaria y secundaria) basado en la capacitación práctica para diferentes áreas de la vida: Enseña todos los temas posibles usando ejemplos muy didácticos con la vida diaria, e incluye amplias e importantes secciones acerca de la familia; el material es muy amigable y agradable de leer, cumpliendo a la perfección su labor de interesar a quienes no tuvieron acceso a una formación educativa completa. En general, los programas educativos y la selección de materiales que ofrece CONEVyT son excelentes - y eso contribuye a la tremenda sorpresa con que me encontré hoy.
Dentro de la bibliografí­a de actividades y temas relacionados con la planificación familiar, CONEVyT incluye una extensa lista de textos que satanizan al aborto y, en general, a la educación sexual, las prácticas de planificación familiar y control de la natalidad (tildándolas de aberraciones sexópatas, de hedonismo) desde la perspectiva más retrógrada del fundamentalismo católico. Esta lista de textos, que citan entre sus fuentes a foros tan tolerantes e inclusivos como la tercera Asamblea Plenaria de la Pontificia Academia para la Vida, no son producidos directamente por el CONEVyT, sino que copiados (a todas luces, además, sin autorización, utilizando el programa Teleport Pro, diseñado para chupar a una computadora copias completas de sitios de Internet) de la organización Vida Humana Internacional.
¿Qué significa esto último? Que no sólo una institución pública, de potencialmente amplí­sima penetración en el sector más desprotegido de nuestra sociedad, está proporcionando información contraria a la planificación familiar y deformando la opinión. No sólo esto, sino que -al hacer un espejo público y completo de este sitio y colocarlo públicamente en su sitio- está haciendo propaganda en pro de estos grupos religiosos, claramente rompiendo la ley. Sólo queda preguntarnos quién fue el responsable de buscar, copiar y colocar esta información, sin siquiera preocuparse por buscar información que represente al otro lado de la moneda, sin preocuparse por la veracidad de los datos aquí­ reproducidos, o de la difusión de datos que en vez de informar llevan a generar opiniones viscerales, producto del más claro chantaje emocional.