No deberí­an sorprendernos las recientes declaraciones del retrógrada Secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, respecto al tema que está en el centro del debate nacional: El derecho de la mujer a decidir acerca de su cuerpo y de su vida. Hemos ya reseñado las absurdas y anacrónicas posturas respecto a homosexualidad y a métodos anticonceptivos. Bueno, el dí­a de hoy -y enmarcado en el debate respecto a la admisión de una causal más para el aborto legal en el Distrito Federal y posiblemente en el paí­s- reproduzco esta columna publicada en El Financiero, por Rosalí­a Serví­n Magaña: Aborto, quinta causa de muerte; no es problema grave para la SSA

Aborto, quinta causa de muerte; no es problema grave para la SSA
Rosalí­a Serví­n Magaña
Para el secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, en materia de salud pública el aborto no es problema grave.

Según el funcionario, el año pasado se registraron 88 fallecimientos por esa causa, pero dice que "hay muchas enfermedades que representan un riesgo mucho mayor".

En el paí­s, la interrupción mal practicada de un embarazo se ha convertido en la quinta causa de muerte materna y la tercera en el Distrito Federal. Se estima que en el paí­s el número podrí­a ser de 174 mil al año.

El número de abortos voluntarios en el paí­s sólo es estimativo, pues se trata de un hecho muchas veces clandestino y penalizado en la mayor parte del paí­s.

Organismos como el Instituto Alan Guttmacher reportan más de 550 mil. O podrí­an acercarse al millón, como lo señala un estudio realizado en 2005 por la UNAM.

Claro, si por la promulgación de una ley pudiéramos anular algunas de las condiciones que hacen tan mortales a enfermedades como el SIDA y el cáncer, obviamente no habrí­a espacio a debatir. Si por ley podemos sacar de la clandestinidad y de las clí­nicas insalubres a estas mujeres -sean 88 o 174,000- y salvar sus vidas, ¿no vale la pena? ¿Quién está, entonces, a favor de la vida?